REDACCION.-Las tropas rusas que fueron desplegadas para proteger la capital se retiraron este domingo después de que fuerzas mercenarias emprendieran la retirada, pero la breve revuelta podría tener consecuencias a largo plazo para las dos décadas de poder del presidente Vladímir Putin y su guerra en Ucrania.
La imagen de Putin como un líder duro ya había sido dañada gravemente por la guerra de Ucrania, que lleva ya 16 meses y que ha cobrado la vida de un número importante de soldados rusos La marcha del sábado hacia Moscú de las fuerzas bajo el mando de su antiguo protegido, Yevgeny Prigozhin, expuso más debilidades, opinaron los analistas.
También significó que algunas de las mejores fuerzas que lucharon por Rusia en Ucrania fueron retiradas de ese campo de batalla: las propias tropas del Grupo Wagner de Prigozhin y las chechenas que fueron enviadas para detenerlos.
Después de llamar a una rebelión armada destinada a derrocar al ministro de Defensa de Rusia, Prigozhin y sus combatientes parecieron tomar el control del cuartel general militar ruso en Rostov del Don, que supervisa los combates en Ucrania.
A continuación, avanzaron hacia Moscú prácticamente sin obstáculos. Los medios de comunicación rusos informaron de que las fuerzas mercenarias habían derribado varios helicópteros y un avión militar de comunicaciones. El Ministerio de Defensa no hizo comentarios al respecto.
Sólo se detuvieron gracias a un acuerdo para enviar a Prigozhin a la vecina Bielorrusia, que ha apoyado la invasión rusa de Ucrania. Según el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, se retirarán los cargos contra él por organizar una rebelión armada. Aparentemente como parte del acuerdo, Prigozhin ordenó a sus tropas que regresaran a sus campamentos en Ucrania.
El gobierno dijo también que no enjuiciará a los combatientes de Grupo Wagner que hayan participado en el alzamiento y el Ministerio de Defensa anunció que ofrecerá contratos a los que no lo hicieron.
Aunque Putin había anunciado antes que castigaría a los responsables del alzamiento militar encabezado por su otrora protegido, Peskov defendió la marcha atrás, diciendo que el “máximo objetivo” de Putin era “evitar el derramamiento de sangre y la confrontación interna con resultados impredecibles”.
Los comentaristas en las redes sociales señalaron la ironía de que Prigozhin evadiera un enjuiciamiento por una rebelión armada, mientras muchos rusos que se han limitado a criticar la guerra en Ucrania han recibido sentencias largas de prisión.
Aunque el acuerdo puso fin a la crisis inmediata, puede haber puesto en marcha una a más largo plazo, advierten los analistas.
“Para una dictadura construida sobre la idea de un poder indiscutible, esta ha sido una humillación extrema, y es difícil que el genio de la duda pueda volver a meterse en la botella”, comentó Phillips O’Brien, profesor de Estudios Estratégicos de la Universidad de St. Andrews, en Escocia. “Así que, si Prigozhin puede haber perdido a corto plazo, es probable que Putin sea el perdedor a largo plazo”, agregó.
Aún quedan muchos interrogantes.
Prigozhin, quien publicó varios mensajes de audio y video durante su revuelta, se ha mantenido en silencio desde que el Kremlin anunció el acuerdo.