REDACCIÓN.- El propietario del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, ordenó este sábado a sus mercenarios que dejaran de marchar hacia Moscú y que se retiraran a sus campamentos en Ucrania para evitar derramar sangre rusa.
El anuncio pareció calmar una crisis creciente. Moscú se había preparado para la llegada de llos soldados del contratista militar privado ruso dirigido por el comandante rebelde. El presidente Vladímir Putin había advertido que enfrentaría consecuencias severas.
Prigozhin no dijo si el Kremlin respondió a su demanda de expulsar al ministro de Defensa, Sergei Shoigu. No hubo comentarios inmediatos del Kremlin.
El anuncio siguió a una declaración de la oficina del presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, que dijo que negoció un acuerdo con Prigozhin después de hablar previamente del tema con el presidente Putin.
El alcalde de Moscú advirtió el sábado que el tráfico podría estar restringido en partes de la capital rusa como parte de las medidas para reforzar la seguridad que se adoptaron en respuesta a una rebelión de mercenarios que trabajan en la empresa militar privada Grupo Wagner.
El alcalde Sergei Sobyanin pidió a los residentes de Moscú que se abstuvieran de usar sus automóviles en medio de la llamada operación antiterrorista en la capital y la región circundante que las autoridades introdujeron el sábado. También declaró el lunes día no laborable para la mayoría de las personas, con excepción de los servidores públicos y empleados de algunas empresas industriales.
Sobyanin recalcó que todos los servicios clave de la ciudad fueron puestos en estado de alerta y aconsejó a los residentes que informen cualquier emergencia.
Las autoridades rusas reforzaron el sábado la seguridad en varias regiones del país, a medida que intentan frustrar una rebelión armada encabezada por Yevgeny Prigozhin, el jefe del mercenario Grupo Wagner.