Por primera vez en casi dos décadas, la Casa Blanca no acogió la tradicional cena para conmemorar el fin del Ramadán, el mes sagrado de ayuno para los musulmanes.
En su lugar, el presidente Donald Trump y la primera dama Melania emitieron un comunicado el sábado enviando un "caluroso saludo" a los que celebran el Eid al-Fitr, que marca el final del Ramadán.
"Los musulmanes en Estados Unidos se unieron a los de todo el mundo durante el mes sagrado del Ramadán para centrarse en los actos de fe y de caridad", dijeron.
De este modo, Trump rompe con una tradición anual confirmada por las tres últimas administraciones. Las cenas comenzaron durante el gobierno de Bill Clinton y fueron continuadas por George W. Bush y Barack Obama. Generalmente acudían prominentes miembros de la comunidad musulmana, así como congresistas y diplomáticos de países musulmanes.
El secretario de Estado, Rex Tillerson, también rompió con décadas de tradición al rechazar una solicitud de la Oficina de Asuntos Religiosos y Globales del Departamento de Estado para organizar una recepción para celebrar el Eid al-Fitr, según dos funcionarios del gobierno familiarizadas con la decisión.
El presidente ha tenido una tensa relación con la comunidad musulmana en Estados Unidos. Una de sus primeras medidas en la Casa Blanca fue intentar vetar la entrada a EE.UU. a ciudadanos de varios países de mayoría musulmana. Sin embargo, durante su primer viaje al extranjero, Trump trató de cerrar esa brecha, dando un discurso a los líderes de 55 países de mayoría musulmana llamando a la unidad en la lucha contra el terrorismo.