REDACCIÓN INTERNACIONAL.-Los defensores de los inmigrantes y los funcionarios estatales de California se están preparando para lo que describen como el probable impacto masivo de una segunda presidencia de Trump en las políticas fronterizas, y han prometido luchar contra sus planes en los tribunales incluso cuando siguen siendo inciertos sobre cuáles pasarán de la campaña electoral a la realidad.
Trump se ha comprometido a llevar a cabo la mayor campaña de deportaciones masivas en la historia de Estados Unidos el 20 de enero cuando asuma el cargo; amenazó con imponer aranceles a México si no detiene el flujo de migrantes y fentanilo hacia el norte; y describió planes para utilizar al ejército como parte de su ofensiva, contemplando desplegar a la Guardia Nacional para ayudar en las deportaciones si es necesario.
“Vamos a tener que cerrar esas fronteras y vamos a tener que dejar que la gente entre a nuestro país”, dijo el presidente electo durante su discurso de aceptación el martes. “Queremos que la gente vuelva a entrar, pero tenemos que hacerlo, tenemos que dejarlos entrar, pero tienen que hacerlo de manera legal”.