TEXAS.- A partir del viernes, los hospitales de Texas deben preguntar a los pacientes si están legalmente en Estados Unidos y registrar el costo de tratar a personas sin permiso de residencia, tras una orden del gobernador republicano, Greg Abbott, que amplía el conflicto del estado con el gobierno de Biden sobre inmigración.
Los críticos temen que el cambio pueda disuadir a la gente de acudir a hospitales en Texas, aunque no se requiere que los pacientes respondan a las preguntas para recibir atención médica.
Los hospitales de Texas llevan meses preparándose para el cambio y han tratado de asegurar a los pacientes que esto no afectará a la atención que reciben.
Obligación de preguntar, sin obligación de responder
Según el decreto anunciado por Abbott en agosto, los hospitales deben preguntar a los pacientes si son ciudadanos en Estados Unidos y si se encuentran de forma legal en el país.
Los pacientes tienen el derecho de no compartir esa información y los trabajadores del hospital deben indicarles que sus respuestas no afectarán su atención médica, como exige la ley federal.
Los hospitales no están obligados a comenzar a enviar informes al estado hasta marzo. Un borrador inicial de una hoja de cálculo hecha por funcionarios estatales de salud para rastrear datos no incluye campos para enviar nombres de pacientes o información personal.