REDACCIÓN.-La Organización de las Naciones Unidas (ONU) vuelve a hostilizar a la República Dominicana y ya no oculta sus presiones contra el país y su intromisión descarada en nuestros asuntos internos, al pretender impedir la política migratoria que procura la aplicación de nuestras leyes con respecto a los inmigrantes ilegales e indocumentados haitianos.
Llama poderosamente la atención el hecho de que este organismo internacional cuya razón de existencia es asistir a las naciones que, como ocurre con Haití, acusan un estado de quiebra institucional y de precariedad extrema, y, no obstante, mantiene la más absoluta indiferencia, evidenciando con ello una manifiesta irresponsabilidad.
A la ONU, en lo que concierne al caso dominicano, se le está agotando la moral para tratar el tema inmigratorio, ha sido inconsecuente con una nación que, como la dominicana, ha sido la que mayores aportes ha hecho y está haciendo a favor del vecino Haití.
El presupuesto general de nuestro país ha estado comprometido en un porcentaje muy apreciable para solventar a una elevada cantidad de nacionales haitianos, y, en la gran mayoría de los casos, se trata de personas que han ingresado al territorio dominicano de manera ilegal y desprovistos de documentos.
El Instituto Duartiano exhorta a las autoridades responsables de ejecutar las políticas migratorias a aplicar con toda energía las leyes, y conforme a la gravedad que reviste la presencia masiva de indocumentados e ilegales haitianos, repatriarlos hacia su país.
En la actitud de la ONU se evidencia que las gentes que están detrás de ella, no han renunciado a su vieja aspiración de procurar una solución a la problemática haitiana en la República Dominicana, cuestión que resultará imposible, pues este pueblo jamás lo permitirá, la solución al problema de Haití tiene que ser en Haití, esto debe quedar claro.
En particular, el señor Volker Turk, alto comisionado de la Organización de las Naciones Unidas para los derechos humanos, formula unas declaraciones atrevidas cuando acusa a pueblo dominicano de practicar la xenofobia, la discriminación y la intolerancia étnica contra los haitianos, acusación que se inscribe a la actitud prejuiciada que ha exhibido y exhibe ese organismo contra la Republica Dominicana, desorientando al respecto a muchos otros m países que llegan a creer esa mentira.