BOGO, FILIPINAS.- Las autoridades de Filipinas pasaron este jueves a centrarse en repartir ayuda y retirar escombros en la isla de Cebú tras el terremoto de magnitud 6,9 de la noche del martes, que ha dejado al menos 72 muertos y casi 300 heridos.
Algunas zonas de la ciudad costera de Bogo, especialmente impactada con 33 muertos, continúan sin electricidad ni agua corriente y miles de personas duermen a la intemperie por el temor de volver a sus hogares dañados ante nuevas réplicas.
El terremoto tuvo lugar a las 21:59 hora local del martes a una profundidad de diez kilómetros a menos de veinte kilómetros de Bogo.
72 muertos y ningún desaparecido
Al menos 72 personas han muerto y casi 300 han resultado heridas en esta zona central del archipiélago asiático, según las cifras oficiales del Consejo Nacional para la Reducción y Gestión del Riesgo de Desastres (NDRRMC) de Filipinas, que señala que el sismo afectó a casi 171.000 personas.
«A día de hoy, no hay personas desaparecidas, ni siquiera según las autoridades locales. Se supone que todas están localizadas», afirmó el portavoz de la Oficina de Defensa Civil (OCD), Junie Castillo, en una entrevista con la radio filipina DWAN.
Las autoridades de Filipinas dieron así por concluidas las labores de búsqueda y rescate, aunque el trabajo está lejos de haber finalizado: los equipos sobre el terreno siguen distribuyendo alimentos y agua a las zonas afectadas y limpiando los escombros de los edificios dañados.
Miles de personas al raso
Una multitud de campamentos seguía poblando este jueves las explanadas de Bogo y los márgenes de la carretera nacional que une la ciudad con la capital de Cebú.
«Nos han dicho que puede haber réplicas hasta otros cuatro días, así que vamos a quedarnos aquí por nuestra seguridad», dijo a EFE Adriana May, una adolescente que, junto con su familia y otras 200 personas, se ha instalado desde que golpeó el sismo en una explanada cercana al hospital gubernamental de Bogo.
La agencia sismológica de Filipinas (Phivolcs) informó de que se han registrado 2.613 réplicas, en su mayoría de baja intensidad, pero algunas de las cuales lo bastante fuertes como para seguir inquietando a los cerca de 88.000 habitantes de la ciudad.
En la carretera que une Bogo con la capital provincial de Cebú, agrietada por el sismo y por la que no dejan de circular ambulancias que trasladan heridos a hospitales no afectados por el terremoto, numerosas familias mostraban carteles pidiendo comida y agua tras haber pasado también la noche al raso.