REDACCIÓN.-Desde el Vaticano, el Papa Francisco inauguró este jueves la sede del CBC de la Universidad de Buenos Aires (UBA) en el Barrio 31, también conocido como Barrio Padre Carlos Mugica, en la Capital Federal. En la calle Colibrí al 2002, una sala llena de gente aguardaba ansiosamente la presencia virtual del Sumo Pontífice, quien no tardó en manifestar su deseo de visitar próximamente el país.
La celebración tuvo lugar como parte del cierre del Congreso “Ciudades Eco Educativas”, organizado por el movimiento internacional Scholas Occurrentes y el Banco de Desarrollo de América Latina, que contó con la presencia de 50 alcaldes de América Latina.
Para las 11 de la mañana, el sitio ya estaba completo. Adultos y jóvenes comenzaron a acomodarse poco a poco, a la expectativa del comienzo del acto desde Roma y la tan esperada comunicación con el máximo referente de la Iglesia Católica. “Tranquilos, que todavía no nos están viendo”, les dijo Becky, una de las coordinadoras de los proyectos de Scholas, a los chicos.
Al cabo de unos minutos, el silencio presente indicó que la transmisión ya había comenzado. La pantalla del aula mostró la imagen de la ceremonia presidida por Francisco, en la que también estaban presentes el vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti,y el director del CBC, Felipe Vega Terra.
En vivo, la conexión entre Argentina y el Vaticano se hizo real. “Buenos días Papa Francisco, lo saludamos desde la comunidad de Scholas en el barrio Padre Carlos Mugica, gracias por regalarnos este momento. ¿Por qué cree que Scholas, que nació ante una problemática tan local puede hoy estar dando respuesta a los problemas del mundo?”, le preguntaron a Su Santidad Mabel y Elizabeth Pelayo, dos hermanas mellizas de 27 años que actualmente realizan el CBC en la sede del Barrio 31.
“Es cuestión de punterías”, les respondió él. Las risas en la sala no faltaron. Y completó: “Estos dos (por José María del Corral y Enrique Palmeyro, con quienes fundó Scholas) no tienen receta, van donde está el problema y acompañan. Del mismo problema sacan la energía para seguir. Por eso les va tan bien. Y porque no explotan. Son gratuitos de corazón. Y la gratuidad es como la rúbrica de cualquier proyecto bueno. No sé si les gusta o no lo que digo”.