ESTADOS UNIDOS.- Fue el único amonestado, la única interrupción del juego, la única acción violenta en los primeros 45 minutos entre Argentina y Canadá por la primera semifinal de la Copa América. Ocurrió a los treinta minutos, poco después de que la selección nacional se pusiera en ventaja con el gol de Julián Álvarez. Argentina consolidaba su performance, justificaba la diferencia en el marcador, cuando una pelota perdida sin dueño cerca del área grande de Emiliano Martínez obligaba la respuesta del primer marcador central, Cristian Romero. Jonathan David, el delantero de Canadá, quedó dado vuelta en la jugada y en su intento por disputar la pelota, levantó la pierna y se encontró con la inmensidad del defensor del Tottenham.
Si el primer tiempo duró dos minutos más de lo que indica el reglamento es porque el juez chileno Piero Maza interrumpió el juego para que Romero se recuperara de la artera patada con los tapones del botín que recibió en la cara interna del muslo izquierdo. El central incluso se recuperó antes de que ingresaran los médicos para no tener que dejar al equipo con un jugador menos.
La foto es evidente. Se trató de una conducta violenta, dado que el jugador canadiense se desentiende de jugar el balón y va directamente sobre el rival. Por el punto de contacto y la intensidad, la infracción tiene clara concepción de tarjeta roja. El VAR que dirige el chileno Juan Lara debió llamarlo para que el juez revisara su primera decisión.
Canadá no tuvo dos amonestados en cancha. Cuando Maza mostró la segunda tarjeta amarilla -a Eustaquio por una infracción sobre Rodrigo de Paul-, Jonathan David fue reemplazado por Tani Oluwaseyi en el minuto 62. Argentina, ya a esa altura, ganaba por dos goles a cero gracias al segundo tanto de Lionel Messi, once minutos antes de que el 10 de Canadá dejara la cancha. Jugó gratis media hora.
Por fortuna, la acción violenta y temeraria solo generó un raspón en la pierna del futbolista argentino, quien más allá del dolor pudo continuar en la cancha con la autoridad que tuvo durante toda la Copa América. Tuvo cruces fundamentales -sobretodo uno después de un pase errado de su amigo Lisandro Martínez-, y también durmió en la acción más peligrosa de Canadá sobre el final de la primera etapa, en ese centro de lateral que cayó en el propio David y que Dibu Martínez tapó con el pecho.