REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Al menos 35 autobuses fueron incendiados este lunes en diferentes barrios de la ciudad brasileña de Río de Janeiro en una “represalia” de pistoleros a la muerte de un jefe “miliciano” (parapolicial) en un tiroteo con la Policía, informaron fuentes oficiales.
El incendio de los vehículos, en una acción simultánea y coordinada en importantes vías de Río de Janeiro, provocó un caos en el tránsito en la zona oeste de la segunda mayor ciudad de Brasil por la interrupción del flujo de automóviles y los embotellamientos.
De acuerdo con las autoridades locales, el ataque obligó a varias empresas a interrumpir la circulación de sus autobuses, incluyendo los del sistema de transporte de tipo BRT, y bloqueó hasta la Avenida Brasil, una de las principales arterias de la ciudad, así como afectó al funcionamiento de decenas de colegios.
Los autobuses fueron interceptados por pistoleros e incendiados en barrios como Guaratiba, Inhoaíba, Paciência, Campo Grande y Santa Cruz, varios de los cuales son controlados por las “milicias”, como son conocidos los grupos parapoliciales integrados por policías y ex policías que surgieron para hacer frente a las bandas de narcotraficantes.
Según la Policía Militarizada, el ataque fue una “represalia” a la muerte en un tiroteo con uniformados de Matheus da Silva Rezende, un importante jefe de una banda de milicianos y sobrino del principal líder de esas organizaciones en Río de Janeiro.