REDACCIÓN.- El cáncer de pulmón es la causa principal de muerte por patología oncológica tanto a nivel global como en América Latina, donde representa el 12% de todos los fallecimientos por cáncer, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esto ocurre porque un porcentaje altísimo de casos suelen diagnosticarse en una etapa avanzada, cuando las opciones de tratamiento son limitadas.
El tabaquismo es responsable del 85% de los diagnósticos de cáncer de pulmón y un dato preocupante es que, en los últimos años, se observa un incremento en la incidencia y mortalidad de cáncer de pulmón entre las mujeres, un fenómeno que contrasta con la tendencia decreciente entre los hombres en la última década.
Una de las explicaciones posibles es que las pacientes de género femenino empezaron a fumar en la década del 70 y el 80, un período que algunos expertos denominan como la “epidemia de mujeres fumadoras”.
Los científicos llevan años investigando opciones terapéuticas que mitiguen los efectos de la enfermedad oncológica y extiendan la sobrevida de los pacientes tras el diagnóstico.
Es importante comprender que no todos los cáncer de pulmón son iguales. En términos generales, esta patología se divide en dos tipos principales según el aspecto que tienen las células cancerosas bajo el microscopio:
– Cáncer de pulmón de células pequeñas
– Cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP), que representa entre el 80% y el 85% de los casos diagnosticados
Cada año, se estima que 2,4 millones de personas son diagnosticadas en el mundo con la enfermedad oncológica y el subtipo CPCNP, la forma más frecuente de cáncer de pulmón, es detectada, en la mayoría de los casos, en estados avanzados.
Infobae accedió a los resultados de los estudios científicos que avalan las recientes aprobaciones globales de tratamientos que apuntan a frenar la evolución del cáncer de pulmón más mortal.