Redacción Internacional.-El expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021) consiguió una tan abrumadora como previsible victoria en los caucus de Nevada y ganó también en los celebrados en las Islas Vírgenes de EEUU, donde ni siquiera tuvo que hacer campaña para triunfar entre los votantes republicanos.
Trump está muy cerca de hacerse con la nominación de su partido de cara a las elecciones presidenciales de noviembre después de sus éxitos rotundos en Iowa, Nuevo Hampshire, Nevada e Islas Vírgenes de EEUU. Necesita 1.215 delegados para proclamarse oficialmente como candidato.
En el conocido como Estado Plateado, con tan solo un 1 % de escrutinio, las proyecciones de medios como The New York Times o The Washington Post -equipados con tecnología para estimar resultados electorales- ya lo daban como ganador con un 97,6 % de los sufragios, frente al 2,4 % de Ryan Binkle, un pastor poco conocido afincado en Texas,
"Vosotros sois la razón por la que voy a hacer América grande de nuevo. A lo largo de cada caza de brujas, redada, acusación y arresto, nunca te fuiste de mi lado. Siempre te amaré por eso. Soy la única persona que puede parar a Joe Biden", afirmaron desde la campaña del exjefe del ejecutivo de EEUU en un comunicado tras certificarse su triunfo en Nevada.
Por su parte, el territorio de las Islas Vírgenes de EEUU cayó de su lado, sin ni siquiera hacer campaña, obteniendo, al menos, un 75 % de los apoyos en contraste con el 25 % que cosechó la exembajadora de EEUU ante la ONU y exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley. Resta por saber si la ejecutiva republicana a nivel nacional decide finalmente si en los 'caucus' de las Islas Vírgenes de EEUU se reparten nueve o cuatro delegados.
Nevada, unos caucus diseñados a la medida de Trump
Sin embargo, Haley no pudo competir en los caucus de Nevada porque lo hizo este pasado martes en las primarias republicanas del mismo estado y su partido estableció que los candidatos debían elegir entre una u otra cita.
Una estrategia diseñada a la medida de Trump para afianzar su hegemonía dentro de la formación conservadora.
Y es que, durante décadas, Nevada celebró 'caucus' pero, como esas citas solían provocar cierto caos, los legisladores estatales aprobaron en 2021 una ley que abandonaba ese modelo de votación y establecía que las autoridades estatales debían organizar primarias cuando hubiera más de un aspirante.