Redacción Internacional.- Los cuerpos de rescate que participaron en las tareas de búsqueda del Titan seguirán sus labores en el fondo del océano, en un intento por encontrar nuevas pistas sobre lo ocurrido.
El contralmirante John Mauger, del Primer Distrito de la Guardia Costera de EEUU, dijo que los esfuerzos continuarán, pero se desconoce la posibilidad de encontrar o recuperar los restos.
Tras confirmarse la implosión del submarino, las autoridades afirmaron que no se ha fijado un plazo para suspender la búsqueda.
Hasta el momento los equipos de búsqueda han localizado el cono trasero del sumergible y un extremo de su casco de presión en un gran campo de escombros a unos metros de la proa del Titanic.
Bobby Chacon, agente especial retirado del FBI, destacó durante una entrevista con la cadena CNN que un campo de escombros como el que descubrieron los rescatistas podría haberse creado por una implosión y una explosión casi simultáneas del sumergible.
El emprendedor Guillermo Söhnlein, cofundador de OceanGate, la empresa que operaba los viajes a los restos del Titanic rechazó este viernes las críticas sobre la seguridad de la compañía al considerar que esas personas no disponen de “toda la información” para poder opinar.
En declaraciones a la emisora británica BBC Radio 4, Söhnlein, estadounidense de origen argentino, que dejó la empresa hace diez años aunque aún posee una participación minoritaria en ella, dijo que aquellos que comentan sobre asuntos relativos a las condiciones de seguridad del sumergible siniestrado Titán no están “totalmente informados”.
“Las personas no hacen más que equiparar certificación con seguridad e ignoran los 14 años de desarrollo del sumergible Titán”, lamentó.
Según él, “cualquier experto que sopese esto, incluyendo a (el director James) Cameron, también admitirá que no estaban cuando se diseñó el sumergible, durante el proceso de ingeniería del sumergible, durante la construcción del sumergible y, con seguridad, tampoco cuando se llevó a cabo el riguroso programa de pruebas al que se sometió el sumergible”.
Söhnlein consideró que lo ocurrido había supuesto “una trágica pérdida para la comunidad de exploración oceánica” si bien apuntó que cualquiera que trabaje en el océano “conoce el riesgo de operar bajo tal presión y sabe que en un momento determinado corre el riesgo de sufrir una implosión de este tipo”.