SANTO DOMINGO.-El presidente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Federico Antún Batlle (Quique), llamó a los dominicanos a aprender a reconocer la diferencia entre un verdadero político y un sinvergüenza, para que no se dejen engañar con discursos vacíos “y exigir integridad a quienes dicen representarlos en diferentes posiciones que ocupan en el Estado”.
Recordó que en la vida pública abundan quienes buscan ocupar espacios de poder, pero que, sin embargo, “no todo el que se dedica a la política merece llamarse político”
“La diferencia entre un verdadero político y un sinvergüenza está en la ética, el compromiso con la comunidad y la visión de futuro”, dijo.
Quique Antún expresó en ese sentido, que el político auténtico es aquel que concibe su rol como un servicio, al tiempo de señalar que la política “no es un negocio personal, sino un espacio donde se toman decisiones que afectan el bienestar colectivo”.
Sostuvo que el verdadero el real político se caracteriza por escuchar a la ciudadanía, reconocer las necesidades de los más vulnerables y actúa con sentido de responsabilidad, “y su prioridad no es enriquecerse ni hacerse notar, sino dejar huellas positivas en la sociedad”.
La política, en sus manos -siguió diciendo-, se convierte en un puente entre el presente y un futuro mejor.
En cambio -agregó-, el sinvergüenza en política se disfraza de líder, pero su verdadera motivación es el provecho propio, porque no le interesa la comunidad, sino el poder como medio de beneficio personal.
Además, -prosiguió-, estos individuos se aferran al cargo, aunque carezcan de méritos o preparación, y convierten la política en un teatro de vanidades. Su habilidad principal no es el diálogo ni la visión, sino la manipulación y la demagogia.
Resaltó, asimismo, que mientras el auténtico político busca resolver problemas en la comunidad, “el sinvergüenza los aprovecha, “y donde el político fomenta la confianza, el sinvergüenza siembra desconfianza y cinismo”.
“Esa diferencia explica por qué en muchos países la palabra ‘política’ se ha contaminado: porque demasiados sinvergüenzas se han hecho pasar por políticos”, dijo.
El presidente del PRSC entiende que un verdadero político sabe que su tiempo en el poder es transitorio y que será recordado por sus obras, “mientras el sinvergüenza, en cambio, cree que la historia se olvida fácilmente y que todo se justifica si logra mantenerse en la cima”.
“La distinción, en esencia, es moral. El político honra la dignidad de su pueblo, mientras que el sinvergüenza la degrada. Y aunque ambos pueden ocupar los mismos espacios, solo uno deja un legado positivo”, apuntó.
Finalmente, dijo que por todas esas cosas que ha explicado, la ciudadanía tiene también una responsabilidad de aprender a reconocer la diferencia entre el verdadero político y el sigüenza enganchado a la política, “para no dejarse engañar por discursos vacíos y exigir integridad a quienes dicen representarla”.