Redacción Internacional.- El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció ayer, jueves, un incremento del número de soldados que integran su Ejército justo cuando los ucranianos y sus aliados occidentales esperan un inminente cambio de estrategia de Rusia ante la estabilización del frente, especialmente en el este del país.
El Ejército ruso contará a partir del 1 de enero próximo con 1,150,628 soldados, 137,000 más que ahora, en un momento en el que Moscú es incapaz de cumplir con su objetivo de “liberar” el Donbás y doblegar la resistencia ucraniana en el sur.
Con el decreto presidencial, el próximo año la plantilla de las Fuerzas Armadas, formada también por personal civil, superará los dos millones de personas, aunque poco más de la mitad serán soldados.
Desde hace ya un par de meses tanto la inteligencia ucraniana como la occidental denunciaron que el Ejército ruso sufría una acuciante falta de hombres, problema que se ve agravado por la negativa del Kremlin a declarar la movilización general.
Esto motivó la creación de decenas de patrullas de voluntarios, algunos de los cuales ya han sido desplegados en el este y el sur de Ucrania, aunque con escaso impacto en la marcha de la ofensiva rusa. El hecho de que la medida no entre en vigor hasta 2023 podría significar el reconocimiento de que la campaña militar se alargará hasta el próximo año.