LA ROMANA. – Con la entrega de 2 mil 541 títulos de propiedad en beneficio de igual cantidad de familias residentes en la Romana, la administración del presidente Luis Abinader ha superado los 127 mil certificados facilitados gratuitamente a dominicanos de limitados recursos económicos en todo el país.
El programa coordinado por La Unidad Técnica Ejecutora de Titulación de Terrenos del Estado (UTECT, junto a Bienes Nacionales y otras instituciones públicas, está cambiando la vida de cientos de miles de familias dominicana, al permitirles tomar un préstamo para mejorar sus viviendas, venderlas por su justo valor, emprender un negocio, o simplemente traspasarlas a sus descendientes, de acuerdo al primer mandatario
En la actividad celebrada a casa llena en el Polideportivo Eleoncio Mercedes, el presidente Abinader declaró que con la entrega de los títulos definitivos el Estado dominicano empieza a saldar una deuda histórica con las familias de La Romana.
Mientras que el director de Unidad Técnica Ejecutora de Titulación de Terrenos del Estado, Duarte Méndez Peña, explicó que cada título entregado a las familias beneficiadas representa un ahorro entre 100 mil y 120 pesos que tendrían que invertir si realizaran el procedimiento legal por cuenta propia.
(“Hoy nos reunimos en este acto tan significativo para entregar esperanza, y justicia social a 2 mil 541 familias de esta provincia de La Romana, impactando a 10 mil 164 personas de manera directa a través de la entrega oficial de sus títulos de propiedad, en un esfuerzo conjunto del gobierno dominicano, liderado por nuestro presidente Luis Abinader.
Dijo que entre los beneficios que ofrece la titulación a los nuevos propietarios se incluyen la seguridad jurídica para evitar desalojos, aumento del valor de la propiedad, acceso a crédito para emprender negocios o mejorar sus viviendas, y el derecho a traspasar la propiedad a los descendientes.
En nombre de los beneficiarios habló Ysidro Mejía Cordero, quien agradeció al presidente Abinader la entrega de los títulos a personas que llevaban entre 20 y 30 años residiendo en los lugares impactados.