Las autoridades turcas, finalmente, lograron impedir la realización de la marcha del Orgullo Gay en Estambul, a través del despliegue de un amplio operativo policial.
Las autoridades locales habían prohibido el evento apelando a preocupaciones por la "seguridad de ciudadanos y turistas" y a posibles disrupciones del orden público.
Pero los organizadores de la comunidad LGBTQ tenían previsto concentrarse igualmente en el centro de la ciudad, insistiendo en que sería una manifestación pacífica.
El área comercial central fue acordonada y las calles laterales cortadas, mientras los policías interceptaban y registraban a los transeúntes, según pudo cotejar la agencia dpa en el lugar del hecho.
Activistas denunciaron haber sido interceptados por llevar camisetas con la colorida bandera que representa al movimiento.
Las autoridades incluso utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a una grupo que se había reunido en un barrio aledaño.
Este es el tercer año consecutivo que las autoridades turcas impiden la realización de la tradicional marcha. Ante la primera prohibición, en 2015, la multitud salió igualmente a las calles y fue reprimida con carros lanza-agua y gases lacrimógenos.
Turquía, con una población mayoritariamente musulmana, es una de las pocas naciones de la región en la que la homosexualidad es ilegal.