REDACCIÓN.- La práctica de apagar el motor de un auto, ya sea automático o manual, mientras el aire acondicionado aún está en funcionamiento puede afectar negativamente al sistema de refrigeración y a la batería, incrementando así la posibilidad de averías y reduciendo su vida útil.
El compresor del aire acondicionado, una de las piezas más costosas del sistema de climatización, demanda una considerable cantidad de energía para funcionar adecuadamente. Cuando se apaga el motor sin desactivar primero este mecanismo, el compresor se ve forzado a detenerse abruptamente, lo cual puede llevar a próximas fallas.
Según los especialistas, al desconectar el aire acondicionado unos minutos antes de apagar el motor, el sistema se estabiliza adecuadamente y previene la sobrecarga de la batería del vehículo. Este proceso puede extender la vida útil de la batería, evitando así la necesidad prematura de reemplazo.
Las baterías de los vehículos modernos tienen una vida útil estimada de cuatro años; sin embargo, el uso continuo del aire acondicionado sin las precauciones adecuadas puede reducir significativamente este tiempo.
Apagar el auto con el aire acondicionado en funcionamiento puede propiciar la acumulación de humedad dentro de los conductos de ventilación. Esta humedad, al condensarse, puede ocasionar corrosión en los tubos, contribuyendo así a la formación de moho y a deteriorar los sistemas internos.
Por su parte, el mantenimiento preventivo y su correcta manipulación son vitales para evitar inspecciones costosas y reparaciones inesperadas.
El uso del aire acondicionado no solo es una cuestión de confort, sino también de seguridad. Conducir con altas temperaturas dentro del habitáculo puede llevar a la fatiga y pérdida de concentración del conductor, incrementando el riesgo de accidentes.
Estudios han demostrado que la conducción en temperaturas de 35 grados Celsius o más puede equivaler a una tasa de alcoholemia de 0.5 mg, evidenciando la importancia de mantener una temperatura adecuada para garantizar la seguridad al volante.
Asimismo, en el contexto actual de cambio climático y las temperaturas cada vez más extremas, el uso adecuado del aire acondicionado se vuelve crucial.
En muchas regiones donde las temperaturas han pasado de tener máximas de 20 grados Celsius a alcanzar los 30 grados o más, el sistema de climatización se ha convertido en una herramienta indispensable tanto para la comodidad como para la seguridad del conductor y los pasajeros.
Es esencial realizar revisiones periódicas del sistema. Un técnico especializado debe verificar el nivel de refrigerante y, si es necesario, recargarlo. Un nivel bajo puede causar que el sistema no se enfríe adecuadamente y aumentar el desgaste de los componentes, lo que podría derivar en reparaciones más costosas.
Otra clave es el mantenimiento de los filtros de aire. Los filtros sucios o obstruidos pueden limitar el flujo de aire y forzar al sistema de aire acondicionado a trabajar más de lo necesario, lo que puede acortar su vida útil. Es recomendable revisar y, si es necesario, reemplazarlos del vehículo cada 10,000 a 15,000 kilómetros, o según las indicaciones del fabricante.
También, es aconsejable hacer funcionar el aire acondicionado regularmente, incluso durante los meses fríos, aunque se piense que no es necesario. Esto ayuda a mantener en movimiento el refrigerante y los lubricantes dentro del sistema, previniendo que las juntas y otros componentes se resequen y se agrieten.
Además, al usar el aire acondicionado ocasionalmente en invierno, se puede evitar que las válvulas y otros mecanismos se atasquen por falta de uso. Del mismo modo, es importante prestar atención a cualquier cambio en el rendimiento del aire acondicionado y acudir al técnico especializado.