REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Las calles de Haití vuelven a sucumbir a un nuevo estallido de crisis e inestabilidad, cuando se cumple el plazo para que el actual primer ministro, Ariel Henry, abandone el poder.
Desde que el presidente Jovenel Moïse fuera asesinado en julio de 2021, Haití vive sumido en la interinidad, sin jefe de Estado y con un gobierno en funciones, una situación a la que debía haber puesto fin una convocatoria de elecciones en 2023.
No obstante, Henry, que había sido elegido por Moïse como su primer ministro apenas 24 horas antes de su muerte, no ha cumplido con el acuerdo al que llegó en diciembre de 2022 con los representantes de los distintos partidos políticos y organizaciones de sociedad civil del país para celebrar comicios en un año.
El primer ministro ha argumentado que el empeoramiento de los niveles de violencia de las pandillas hace imposible garantizar unas elecciones libres y justas por el momento.