Redacción Internacional.-Perú amaneció con más bloqueos de rutas y movilizaciones que piden la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, a pesar de que en la medianoche del sábado el gobierno amplió el estado de emergencia en nuevo intento por frenar la severa crisis política y social que vive el país.
El Ejecutivo amplió el estado de emergencia por 30 días en las regiones de Lima, Cusco, Callao y Puno para frenar las protestas. Así, se autoriza a los militares a intervenir junto a la policía para resguardar el orden público, luego de más de un mes de marchas en todo el país que fueron reprimidas con firmeza y dejaron ya cerca de 50 muertos.
A través de un decreto supremo publicado el sábado a la noche en el diario oficial El Peruano, el Ejecutivo amplió, en las zonas donde en la última semana se reportaron las mayores protestas, el estado de emergencia que entró en vigencia el 15 de diciembre en todo el territorio nacional.
«Durante los Estados de Emergencia … quedan suspendidos los derechos constitucionales relativos a la inviolabilidad de domicilio, libertad de tránsito por el territorio nacional, libertad de reunión y libertad y seguridad personales», se lee en el decreto.
La norma precisa, además, que la Policía Nacional del Perú mantiene el orden interno, con el apoyo de las Fuerzas Armadas.
El gobierno extendió también el toque de queda en Puno, epicentro de las protestas en las últimas semanas. La medida regige desde el domingo por los próximos diez días, desde las 20 a las 4 de la mañana.