JERUSALÉN.- Las autoridades de la Franja de Gaza descubrieron en las últimas horas una nueva fosa común en el patio de un hospital en Jan Yunis (sur), de donde este domingo recuperaron otros 60 cadáveres, acercándose a 34,100 el número de muertos en todo el enclave palestino desde el inicio de la ofensiva del Ejército israelí hace algo más de seis meses.
Desde el pasado viernes, un total de 210 cuerpos se han encontrado en el hospital Naser, mientras que todavía quedan unos 2,000 desaparecidos en la zona, según dijo un portavoz del equipo de defensa civil del enclave, independiente de Hamás.
El Ejército israelí se retiró de Jan Yunis durante la madrugada del 7 de abril, tras cuatro meses de combates y bombardeos, también contra residencias y población civil.
Los dos principales hospitales de la zona, el Amal y el Naser, quedaron arrasados y totalmente inoperativos tras sufrir el asedio de las tropas israelíes, que atacaron ambos centros bajo la premisa de que escondían a presuntos milicianos de Hamás y la Yihad Islámica.
Hmás dijo este domingo que el descubrimiento de la fosa común en el hospital Naser «reafirma la extensión de los crímenes y atrocidades cometidos por el ejército de ocupación sionista».
El episodio recuerda a lo sucedido en el hospital Al Shifa, el más importante y ubicado en el norte del enclave, que quedo totalmente fuera de servicio tras un asedio israelí que duró dos semanas a finales de marzo.
Tras la salida de las tropas israelíes del hospital el 1 de abril, las autoridades gazatíes descubrieron una fosa común con una decena de cuerpos enterrados, entre los que había pacientes, mujeres y ancianos. En total, se recuperaron unos 400 cuerpos en el hospital y alrededores en los siguientes días.
Mientras los servicios de rescate sacaban cuerpos del Naser, al menos 19 personas, 14 de ellas niños, murieron en dos bombardeos en la ciudad de Rafah, fronteriza con Egipto, y donde se refugia la mayoría de la población gazatí desplazada.
El número de muertos en el enclave palestino se elevó hoy a 34.097 después de que los ataques israelíes de las últimas 24 horas dejasen 48 fallecidos y 79 heridos, según los datos del Ministerio de Sanidad gazatí del Gobierno de Hamás.
Mientras tanto, continúa la violencia en Cisjordania ocupada, donde una redada del Ejército israelí que duró más de dos días ha dejado 14 muertos en el campamento de refugiados de Nur Shams, en la localidad de Tulkarem.
Este domingo, el campamento amanecía con unas cincuenta casas destruidas y los residentes conmocionados, mientras que por doquier podían encontrarse agujeros metralla, escombros causados por las excavadoras israelíes y restos de sangre seca, según pudo constatar.
«Estuvieron más o menos 56 horas y lo destrozaron todo, no dejaron nada. Vinieron con las máquinas excavadoras y arrasaron con todo, con la carretera, las casas. Mataron a jóvenes. No dejaron nada», dijo hoy Asraf al Ayan, palestino de 47 años y dueño de una floristería en Nur Shams, destruida por las tropas israelíes.
Esta mañana, dos palestinos más murieron en una confrontación con soldados en el cruce de Beit Einun, cera de la urbe cisjordana Hebrón, mientras que una mujer fue abatida por disparos de soldados en un control militar al norte del valle del Jordán.
Además, un sanitario de la Media Luna Roja Palestina murió anoche por disparos de colonos cuando trataba de atender a unos heridos en la aldea de Al Sawiya, al sur de Nablus, donde decenas de israelíes atacaron casas de palestinos.
Desde el ataque de Hamás del 7 de octubre, 483 palestinos han muerto en Cisjordania ocupada, incluido Jerusalén Este; la mayoría por fuego israelí en enfrentamientos armados, pero también tras arrojar piedras o no suponer riesgo para las tropas, según testigos. De ellos, un centenar son niños, según datos del grupo humanitario israelí B’Tselem.