BEIJING (AP) — Afuera de una funeraria en el este de Beijing, decenas de personas se abrigaron con parkas y sombreros para protegerse de las gélidas temperaturas el viernes por la noche mientras los trabajadores con trajes protectores completos sacaban los ataúdes uno por uno.
Cuando un empleado con un portapapeles gritó el nombre de los muertos, un pariente se acercó al ataúd para examinar el cuerpo. Uno de los familiares le dijo a The Associated Press que su ser querido había sido infectado con COVID-19.