REDACCIÓN. -Nacido en como Jorge Mario Bergoglio, hoy Lunes de Pascua ha muerto el Papa Francisco a los 88 años en la Casa Santa Marta del Vaticano. Primer pontífice latinoamericano y primer jesuita, quiso que se le conociera como Francisco I, en honor a San Francisco de Asís.
Obispo de Roma, líder la Iglesia Católica y jefe de Estado del Vaticano, su papado ha durado 12 años y pasará a la historia por su cercanía con los pobres y el continuo llamamiento a detener las guerras.
Desde su elección en 2013, el Papa Francisco I ha revolucionado la imagen del papado con una mezcla única de sencillez, compromiso social y espiritualidad profundamente humana. Con gestos valientes, palabras que inspiran y una visión moderna de la Iglesia, este pontífice argentino ha sabido ganarse el respeto —y el cariño— de creyentes y no creyentes por igual.
nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís, símbolo de humildad, paz y amor por la naturaleza —valores que definen su pontificado.
Un papado centrado en la justicia, la inclusión y la ecología
Desde el primer momento, Francisco I ha apostado por una Iglesia más cercana y menos institucionalizada, abriendo debates que durante siglos fueron tabú. Ha hablado de forma clara sobre temas como la pobreza, la migración, el medio ambiente, los derechos humanos y la necesidad de una mayor inclusión en la Iglesia.
Su encíclica Laudato si’, publicada en 2015, fue un llamamiento global a cuidar el planeta, denunciando los efectos devastadores del cambio climático. También ha abogado por una Iglesia más acogedora hacia las mujeres y las personas LGTBIQ+, y ha condenado con firmeza los abusos dentro del clero.
Con él, el papado ha adquirido un tono más humano, menos rígido y mucho más comprometido con los desafíos reales del siglo XXI.
Una de las características más destacadas del Papa Francisco es su lenguaje directo, humilde y cercano. Se muestra como un hombre común: vive en una residencia sencilla del Vaticano, prepara su propio desayuno y se desplaza en un coche modesto. Se comunica a través de redes sociales y no duda en abrazar, reír o llorar junto a la gente.
Lejos del protocolo, su estilo pastoral ha devuelto a muchas personas la esperanza en una Iglesia más abierta y compasiva, y ha reavivado la conexión espiritual en millones de fieles.
Con su encíclica Laudato si’, lidera el llamamiento por un planeta más justo y sostenible. También denuncia con fuerza la desigualdad y los abusos de poder.
Un legado en construcción
A sus más de 80 años, Francisco continúa viajando, escribiendo, reuniéndose con líderes mundiales y defendiendo causas que buscan construir un mundo más justo, equitativo y solidario.
Su papado, sin duda, será recordado como un tiempo de transformación profunda, donde la espiritualidad se mezcla con la acción social y la fe se vuelve una herramienta de cambio.