REDACCIÓN.- El líder norcoreano, Kim Jong Un, prometió un mayor desarrollo de sus armas de destrucción masiva para disuadir a Washington y ha recalcado que, con independencia del relevo en la Casa Blanca, Estados Unidos es el «mayor enemigo» de su país, según informaron medios estatales.
Kim esperó hasta el cuarto día del congreso del partido único que se celebra en Pionyang para transmitir la idea de que, al menos de cara al público, Corea del Norte mantiene intacta su postura en el proceso -estancado desde 2019- para negociar un desarme y un tratado de paz.
En su intervención ante el octavo congreso del Partido de los Trabajadores, realizada el viernes y reproducida hoy por la agencia estatal KCNA, Kim habló de la necesidad de «imponerse a EE. UU., el mayor enemigo, el principal obstáculo en el desarrollo de la revolución».
A su vez, y sin hacer una referencia directa a Biden (cuya victoria electoral el régimen ni siquiera ha comentado), el líder norcoreano aludió por primera vez al cambio de mando en la Casa Blanca, asegurando que la política de EE. UU. para con su país permanece inamovible «independientemente de quien está en el poder».
El líder supremo instó a Washington a retirar las sanciones internacionales a Corea del Norte y defendió la necesidad de «fortalecer constantemente la más poderosa disuasión» para proteger su país.
En ese sentido, alabó los últimos avances armamentísticos cosechados por el Ejército Popular, incluyendo el enorme y nuevo misil intercontinental exhibido en un desfile el pasado octubre y presumió de la preparación de un nuevo diseño para submarinos de propulsión nuclear (la actual flota usa diésel).