REDACCIÓN INTERNACIONAL.- El ministro de Interior deKenia, Kithure Kindiki, defendió ante el Parlamento el plan del Gobierno de desplegar policías en Haití, como parte de una misión multinacional aprobada por la ONU.
A pesar de las críticas, y después de que el Tribunal Superior de Nairobi ordenase el bloqueo temporal del despliegue, Kenia mantiene su posición.
“No enviaremos a nuestros agentes como conejillos de indias. Kenia ha estado en la vanguardia en el apoyo a misiones de paz en todo el mundo”, dijo Kindiki ante el Comité de Administración y Seguridad Nacional de Kenia.
Kindiki también indicó que, antes del despliegue de la Policía keniana en Haití, el Gobierno del país africano enviará “otro equipo a las Naciones Unidas en una misión diplomática”.
“Ese equipo estará dirigido por el ministro de Asuntos Exteriores”, añadió.
El ministro de Interior de Kenia hizo estos comentarios pese a que el Tribunal Superior de Nairobi emitió el pasado día 9 una “orden cautelar que impide” al Gobierno keniano “desplegar a agentes de policía en Haití o cualquier otro país hasta el 24 de octubre de 2023”.
Los demandantes, del partido político Thirdway Alliance (Alianza Tercera Vía), sostuvieron, entre otros argumentos, que la Constitución de Kenia limita el despliegue de policías para operaciones dentro del territorio nacional.
Sin embargo, Kindiki asegura que, según el artículo 240 de la Constitución, el Parlamento puede aprobar “el despliegue de fuerzas de seguridad en cualquier misión de mantenimiento de la paz en países extranjeros”.
También el líder opositor de Kenia, el ex primer ministro Raila Odinga, se ha opuesto a este movimiento, alegando que muchos kenianos morirán en un país “peligroso”.
Kenia se ofreció a liderar con unos mil policías un dispositivo multinacional que el propio Gobierno haitiano pidió hace un año y que contó con el respaldo del secretario general de la ONU, António Guterres.
Finalmente, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el pasado día 2 el despliegue por un año (prorrogable) de esa fuerza, con trece votos a favor, dos abstenciones (Rusia y China) y ningún voto en contra.
Haití está inmerso en una profunda crisis marcada por la violencia extrema, con grupos armados que controlan la capital, Puerto Príncipe, y otras partes de su territorio y son responsables de centenares de asesinatos, violaciones, secuestros y otros crímenes.