COLOMBIA.- El cuerpo médico de Bogotá y la familia de Felipe Roble, el joven de 26 años que fue atracado y lanzado de un puente en la capital de Bogotá por robarle una patineta eléctrica, ha quedado impactada y evidentemente sorprendida, pues logró salir de un coma que fue causado por la gravedad de múltiples lesiones provocados por el impacto.
En un principio, los médicos diagnosticaron que el joven podría quedar en estado vegetativo debido a las fuertes lesiones que sufrió en medio del atraco. Fueron al menos 15 fracturas de gravedad en la mandíbula, además de presentar una inflamación cerebral severa.
En este caso, Roble permaneció algunas semanas en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde su estado de salud era crítico, estando por unos días en estado de coma. Contra todos los pronósticos, logró despertar, iniciando un proceso de recuperación que será extenso y doloroso. Tras caer de una altura de cinco metros, tuvo que ser sometido a una cirugía en la mandíbula, implantándole varias placas metálicas.
La víctima y su familia piden a las autoridades que logren capturar a los responsables del ataque y que prioricen la seguridad en el puente de la calle 153 con autopista Norte. “Gracias a Dios sobreviví, tengo que recuperarme”, comentó el joven, quien se enfrenta a un largo camino de rehabilitación, tanto física como emocionalmente.
Felipe se encontraba en la casa de un amigo, viendo el partido de Argentina contra Ecuador la noche del 4 de julio de 2024, y salió, alrededor de las 12:20 de la madrugada del 5 de julio. Javier Galvis, suegro del joven indicó en ese instante que las cámaras del Distrito captaron al Felipe dirigiéndose hacia el puente a bordo de su patineta eléctrica, pero “las cámaras son giratorias y cuando vuelven a enfocar, solo se observa a un sujeto subiendo la patineta a un taxi”.
El joven fue encontrado gravemente herido por un vigilante de una obra cercana, quien dio aviso a la Policía. Galvis también habló con Caracol Radio y explicó: “Mi yerno había caído en la parte norte de la Autopista en el carril de Transmilenio. Ahí estaba el vigilante de una obra y dio aviso a la policía. A la 1:05 am fue ingresado a la unidad de urgencias del Hospital Simón Bolívar”.
Galvis, enfatizando la gravedad del ataque, en su momento añadió: “Su estado es crítico y tienen que hacerle una cirugía de reconstrucción de la mandíbula porque quedó pulverizada, tiene roto el pómulo e inflamación cerebral, no lo han podido operar”.
El ambiente de inseguridad en la zona se ha intensificado en las últimas semanas. Pues Galvis denunció a El Espectador, que “Esta zona del puente de la 153 se ha vuelto muy vulnerable ante la delincuencia. Hace 20 días ocurrió un atraco en el que a un conocido le dieron un batazo para quitarle la bicicleta. También en Mazurén, en el puente de Toberín, son zonas muy complicadas”.
Las autoridades fueron criticadas por su lenta respuesta. La familia de Felipe tuvieron que enfrentar dificultades para avanzar en la denuncia y en la investigación del caso. Por lo tanto, Galvis declaró: “Hasta hace unos días pudimos hacer el trámite y en la Fiscalía nos dicen que siendo tan grave el asunto, es raro que las autoridades no hayan avanzado. El fiscal lo asignarán en un plazo que puede durar dos semanas”.
Cabe resaltar que Felipe, quien había estado entrenando a jóvenes en deportes como el tenis en Los Ángeles, regresó a Bogotá para continuar con su carrera y contribuir a su comunidad. Ahora, su sueño de ser un destacado entrenador deportivo se encuentra en riesgo debido a la violencia desmedida presente en su ciudad natal. Galvis ahora señala que “está vivo de milagro”.