ISRAEL.– Netanyahu está bajo una enorme presión interna y externa para que ponga fin a su ofensiva en ese territorio palestino, donde más de dos millones de personas están al borde de una "hambruna generalizada" tras 22 meses de un devastador conflicto, según la ONU.
De acuerdo al plan aprobado por el gabinete de seguridad del Estado hebreo, el ejército israelí "se prepara para tomar el control de Ciudad de Gaza", la mayor aglomeración del territorio, en el norte del enclave palestino, al tiempo que distribuye ayuda humanitaria a la población civil fuera de las zonas de combate".
Alemania reaccionó anunciando que suspende las exportaciones de armas a Israel para su uso en Gaza y Arabia Saudita denunció el plan israelí.
España condenó la decisión de Israel, Reino Unido la calificó de "error", China se dijo "muy preocupada" y la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, llamó a Israel a "reconsiderar" su plan.
Este plan "debe detenerse de inmediato", protestó el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk.
Hamás, que tiene aún 49 rehenes israelíes cautivos, de los cuales 27 estarían muertos, estimó que este plan equivale a "sacrificar" a estas personas. El movimiento islamista palestino denunció "un nuevo crimen de guerra" que "costará caro" a Israel.
En Gaza, donde la población vive a diario bajo las bombas, a merced de las órdenes de evacuación emitidas por el ejército israelí, los habitantes temen lo peor.