RUSIA.- El jugador del Spartak Moscú de Rusia, Quincy Promes, sufrió un nuevo revés en su situación procesal después de que la fiscalía de los Países Bajos pidiera este miércoles una pena de nueve años de cárcel bajo la acusación de una presunta implicación en el tráfico de cocaína en dos cargamentos que viajaron desde Brasil hacia el puerto belga de Amberes en enero de 2020.
El Ministerio Público acusó a Promes y a otro sospechoso, ambos de 32 años, de “importar, exportar, transportar y poseer 1.362,9 kilos de cocaína oculta en un cargamento de sal marina procedente de Brasil” y habrían repartido la droga en dos contenedores para moverla en barco por Escalda Occidental (provincia neerlandesa de Zelanda) hasta el puerto de Amberes”. A diferencia del futbolista, al segundo acusado, identificado como Marylio V., también investigado por blanqueo de capitales le elevaron un pedido de ocho años de prisión y una multa de 10.000 euros.
El jugador no participó en la vista del miércoles, en la que el Departamento de Justicia afirmó que “está claro”, según las investigaciones, que ambos participaron de esta “extensa red criminal”. El abogado defensor, Robert Malewicz, aseguró que su cliente no pudo acudir al tribunal porque “tenía otras obligaciones”, aunque ESPN precisó que el delantero teme que se le dicte prisión preventiva si asiste a su país de origen en estos momentos.
La investigación contra el integrante de la selección neerlandesa, con la cual jugó entre 2014 y 2021, comenzó cuando el Equipo de Inteligencia Criminal (TCI) de la policía de ese país recibió información comprometedora sobre esta supuesta actividad ilícita. La fiscalía señaló: “Se colocó un equipo de escucha en el coche del sospechoso y se le vigiló. La veracidad de la información de TCI fue confirmada, en parte, por los teléfonos incautados a otras personas en los que se encontraron conversaciones en las que participaban los sospechosos. Muchos mensajes de chat dejaron claro que ambos estaban involucrados en la entrada, retirada, transporte y venta de estos dos envíos”.
La autoridad considera que Promes, al “tener dinero para invertir” en este negocio ilegal, “está en un escalón alto en la escala organizacional” del grupo de narcotraficantes. “Es particularmente malo que el sospechoso que vive en Rusia normalice y casi idealice el tráfico de cocaína”, señaló la acusación, que subrayó que esta droga “representa una grave amenaza para la salud pública” y advirtió de que este caso trata de “una cantidad tan grande que este lote debía ser destinado a una mayor distribución y comercio”. La droga fue retirada de uno de los contenedores a finales de enero de 2020, mientras que el segundo contenedor pudo ser interceptado a tiempo por la policía belga.