Manila, (EFE).- Las autoridades de Filipinas mantienen este jueves los trabajos para evaluar los daños causados por el fuerte terremoto de magnitud 7 que golpeó la víspera al país y han alertado a la población sobre réplicas y nuevos temblores.
Al menos cinco personas perdieron sus vidas por el poderoso sismo que sacudió en la mañana del miércoles el norte de la isla de Luzón, la más poblada de Filipinas y donde se encuentra la capital, y que dejó además al menos otras 131 personas heridas y más de 20.000 afectadas.
La Defensa Civil activó la alerta roja en Luzón para proteger a la población de las continuas réplicas del seísmo que están dando en las provincias más afectadas y así "extender la asistencia en todas las regiones que lo necesitan", explicó en una rueda de prensa el portavoz director de operaciones de Defensa Civil, Bernardo Alejandro.
Hasta el momento se registraron por lo menos 798 réplicas, con magnitudes de entre 1,5 y 5,4, según informó el Consejo Nacional para la gestión y reducción de daños de desastres naturales, por lo que las autoridades han emitido alertas a la población sobre el riesgo de nuevos temblores, aunque descartaron la posibilidad de tsunamis.
Esta mañana, el presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., visitó la provincia de Abra, el epicentro del terremoto y por tanto la zona más afectada, para evaluar la extensión de los daños.