MANILA – Las autoridades de Filipinas han emitido una alerta por gases tóxicos con dióxido de sulfuro expulsados por el volcán Taal, que han forzado el cierre este viernes de escuelas y oficinas gubernamentales en decenas de localidades, incluido en Manila.
La oficina de Información Pública de Manila indicó en la red social X (antes Twitter) que las clases y las oficinas gubernamentales se suspendieron hoy para evitar la emisión tóxica, y recomendó a los ciudadanos que limiten las actividades al aire libre y que lleven mascarillas si deben salir al exterior.
Los ayuntamientos de localidades de la zona cercana al volcán, ubicado en la provincia de Batangas, han emitidos mensajes de alerta similares.
El volcan Taal, de unos 311 metros de altura y situado unos 80 kilómetros al sur de la capital, empezó a emitir el jueves gases volcánicos, incluido dióxido de sulfuro, lo que ha formado nubes de esmog que se han extendido por la región.
El Instituto de Volcanología y Sismología de Filipinas Phivolcs indicó en un informe que esta nube tóxica "es acídica y puede causar irritación en los ojos, garganta y el aparato respiratorio con gravedad potencial dependiendo del tiempo de exposición y la concentración de gas".
La agencia recomendó limitar el ejercicio exterior y usar mascarillas con filtro N95, y alertó de que también podría producirse lluvia ácida.
No obstante, el nivel de alerta de erupción se encuentra en el nivel 1 de un máximo de 5, por lo que no se espera un aumento significativo de la actividad volcánica.
El marzo del año pasado, cientos de personas tuvieron que ser evacuadas debido a la expulsión de gas y vapor por el Taal, que llegó a estar en alerta de nivel 3.
A pesar de su pequeño tamaño, el Taal es uno de los volcanes más activos del mundo, ya que ha entrado en erupción 33 veces desde 1572, y también de los más letales: su erupción en 1911 mató a 1.300 personas y la de 1965 a 200.
Filipinas se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica y volcánica en la que cada año se registran unos 7.000 terremotos, la mayoría moderados.