NUEVA YORK.-El miedo se ha apoderado de los inmigrantes con un estatus irregular en Nueva York, y muchos han optado por sacar a sus hijos de la escuela ante el riesgo de ser arrestados en su camino de ida o regreso a las clases en algunas de las redadas prometidas por Donald Trump y que ya han comenzado a materializarse en la ciudad.
La pasada madrugada, fue la propia secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, quien dirigió en persona la primera redada en la Gran Manzana, en el barrio de Bronx, que se concretó con la detención de un individuo acusado de secuestro, asalto y robo.
«Seguiremos eliminando de nuestras calles a este tipo de basura», escribió la secretaria de Seguridad Nacional en su cuenta de X, dando el tono del nuevo espíritu de la Administración Trump.
En los hoteles de Nueva York convertidos en albergues para las familias más vulnerables de inmigrantes -aquellas con niños o con discapacitados- el miedo se palpa en el ambiente y no se habla de otra cosa.
«Con tantas noticias de que se iban a meter en las escuelas, en las iglesias, que iban a ir a los hospitales, un grupo de madres teníamos mucho temor por saber si los niños estarían bien», indica Yanira, venezolana llegada a Nueva York hace solo tres meses y con tres hijos (de tres, trece y quince años) a su cargo.
Sus niños llevan ya dos semanas sin acudir a la escuela.