Redacción Internacional.- .- Lionel Messi y la selección argentina campeona del mundo tuvieron que terminar su caravana de celebración este martes con un sobrevuelo en helicópteros sobre una Buenos Aires desbordada con más de 5 millones de hinchas, sin poder llegar al legendario Obelisco como estaba previsto. La fiesta del fútbol se amargó por varios hechos aislados que dejaron dos muertos, 31 heridos y una veintena de detenidos.
La decisión del sobrevuelo en helicóptero se tomó luego que dos hinchas se arrojaran desde un puente al bus que transportaba a la selección argentina de fútbol durante una caravana en la periferia de Buenos Aires para celebrar el triunfo en el Mundial de Qatar 2022. El bus se desvió hacia la zona suroeste de la ciudad de Buenos Aires, donde los jugadores se subieron a helicópteros para sobrevolar la céntrica Avenida 9 de Julio, completamente colapsada por hinchas.
«Con helicópteros de la Policía Federal y de Prefectura, los campeones del mundo sobrevolaron los espacios colmados de hinchas. Con varios millones de personas compartiendo, dieron una enorme vuelta olímpica», destacó el ministro de Seguridad argentino, Aníbal Fernández, en Twitter.
Vídeos tomados por aficionados que rápidamente se hicieron virales en las redes sociales mostraron el momento en que dos personas se tiran sobre el ómnibus descapotable que trasladaba a la ‘Scaloneta’: uno cayó sobre los jugadores y el otro sobre el pavimento.
Al cabo de casi cinco horas de recorrido en un autobús descapotable que se movía prácticamente a paso de humano, los jugadores renunciaron a proseguir por tierra su trayecto que había comenzado en el predio de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) en Ezeiza, periferia de Buenos Aires, a unos 30 kilómetros por carretera del centro de la capital.
Incidentes aislados
Dos muertes sacudieron las celebraciones. La primera de un hincha que falleció ahorcado por bandera argentina que se le enredó en las llantas de la motocicleta. El otro murió por una fuerte caída que le causó traumatismo craneal.
Luego vinieron los desmanes. Cerca de la medianoche, cuando millones se habían desconcentrado, grupos pequeños de jóvenes forzaron la puerta de ingreso al Obelisco para hacer flamear una bandera en la ventana de lo más alto, a 67 metros, comprobó una periodista.
La policía reprimió con porras y balas de goma. Hubo enfrentamientos sin que aún la policía diera un balance de heridos o detenidos.
Los hinchas reaccionaron arrojando piedras y botellas a los efectivos policiales, quienes, a su vez, intentaron dispersarlos con disparos de municiones de estruendo y balas de goma, según imágenes de la televisión local.
Según medios locales, hubo unos veinte detenidos y otros tantos heridos, si bien las autoridades no han confirmado esos datos.
Durante los festejos se registraron 31 lesionados «por politraumatismos y heridas cortantes», dijo una fuente de la comuna de Buenos Aires a la agencia AFP.