SANTO DOMINGO.- El secretario de Organización del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Deligne Ascención, afirmó hoy que cada intento de fabricar un ambiente de crisis de confianza, los miembros de ese partido y los funcionaros deben responder con la publicación de datos, la rendición de cuentas y, sobre todo, con la entrega de resultados que están impactando directamente la calidad de vida de la gente.
“Frente a la crítica destructiva oponemos la obra constructiva en su sentido más amplio. Mientras otros invierten su tiempo en conferencias de prensa para atacar, nosotros lo invertimos en la planificación y construcción de un futuro más próspero para todos”, puntualizó.
Expuso que en la conducción de un Estado existen dos fuerzas que definen el carácter de una era: la voluntad de transformar la realidad y la vocación por sembrar la incertidumbre. El gobierno del presidente Luis Abinader ha asumido su mandato con un claro sentido del deber: gobernar para transformar. Cada decisión, cada política pública y cada esfuerzo por fortalecer nuestra nación se inscribe en esa visión de futuro, dijo en una declaración de prensa.
Expresa que sin embargo, frente a este impulso transformador, se levanta una estrategia tan predecible como global: la de una oposición que, carente de una visión alternativa, se dedica al oficio de la duda, como parte de un manual político que busca desacreditar el acto mismo de gobernar. Cuando los hechos son irrefutables, la única opción que les queda es intentar cambiar su significado.
“Creemos en una política que se mide en hechos, no en palabras. Se mide en la recuperación récord de nuestro turismo; la estabilidad de la economía frente a tormentas globales; los récords de empleos y empleos de calidad, de las exportaciones; la reducción sostenida de la mortalidad materno-infantil y los avances tangibles en materia de seguridad ciudadana.
“Un esfuerzo integral que combina modernización tecnológica, presencia policial efectiva, formación ética de nuestros agentes y acciones preventivas en los territorios más vulnerables. Se mide en la dignidad que otorgan decenas de miles de títulos de propiedad a familias que por fin son dueñas de su tierra; en la valiente defensa de nuestra soberanía en la frontera y en la independencia real del Ministerio Público que garantiza el fin de la impunidad.
“Se mide en las grandes obras de infraestructura que conectan el país, en el desarrollo turístico de Pedernales que creará miles de empleos y transformará la región Sur en un nuevo polo de progreso sostenible. En obras de impacto como las circunvalaciones de Azua y Baní, y el distribuidor de Pintura, en Santo Domingo, que mejora la movilidad y agiliza la conexión del Sur con la capital, entre otras.
“En la ampliación y modernización de carreteras que integran comunidades antes aisladas, impulsando el comercio y la producción nacional. Se mide, en definitiva, en la confianza recuperada de un pueblo que ve un gobierno que trabaja con honestidad y que construye, cada día, un futuro mejor para todos”, sintetizó.
Analizó que el libreto aplicado en el país se reproduce en otros países, por oposiciones debilitadas, se compone de varios capítulos: primero, se trata de desmontar la obra de gobierno, (“no construyen nada”); minimizando los logros ("es algo sin importancia"); luego, se siembra la sospecha ("a qué costo se hizo"); y finalmente, se apela a una nostalgia selectiva ("antes estábamos mejor"), pretendiendo borrar conveniente y antidemocráticamente las razones por las cuales el pueblo dominicano eligió un cambio.
“Este fenómeno”, insiste Ascención, “no es exclusivo de nuestro país. Es un eco de las corrientes políticas globales. En democracias consolidadas, vemos cómo grandes reformas económicas, diseñadas para proteger a la ciudadanía, son tildadas de "apocalípticas".
“Observamos cómo leyes de gran calado social, que buscan ampliar derechos y oportunidades, son reducidas por sus opositores a un mero "despilfarro clientelar". El guion es el mismo: atacar la intención para que nunca se llegue a valorar el resultado. El objetivo es que los ciudadanos le teman al progreso.
Se pregunta, ¿cuál debe ser nuestra respuesta? No es descender a esa arena ni enredarnos en la telaraña de la desinformación. Nuestra respuesta ha sido, y seguirá siendo, una dedicación absoluta al trabajo y a la transparencia. La política del ruido se combate con la contundencia de los hechos.
‘Por eso reitero nuestra posición: no nos distraeremos”, enfatiza la declaración.
Y concluye argumentando que “el gobierno del presidente Abinader no detendrá su marcha para responder a cada sombra de sospecha, porque nuestro compromiso es con la luz de los hechos. Invitamos a la ciudadanía a juzgarnos no por las narrativas de quienes apuestan al fracaso, sino por las realidades que construimos juntos cada día. La decisión de una nación siempre será entre avanzar con determinación o retroceder en un mar de dudas. Nosotros hemos elegido, sin vacilación, continuar avanzando”.