Seúl – Los ejércitos de Corea del Sur y Estados Unidos llevaron a cabo este viernes unos nuevos ejercicios aéreos combinados que involucraron la participación de cazas furtivos F-22 y F-35B, según informaron las Fuerzas Aéreas surcoreanas.
Las maniobras tuvieron lugar sobre el mar Amarillo (llamado mar del Oeste en las dos Coreas), apenas dos días después de otros ejercicios sobre la misma zona en los que tomaron parte, además del mismo tipo de cazas, un bombardero estratégico B-1B, y que desataron las críticas de la vecina Corea del Norte.
En ambas ocasiones el ejército surcoreano desplegó sus aviones F-35A, según los detalles recogidos por la agencia de noticias Yonhap.
“Los ejercicios combinados de esta ocasión fueron realizados con el objetivo de mejorar las capacidades de operatividad combinada y la interoperatividad entre las Fuerzas Aéreas de Corea del Sur y las de Estados Unidos”, dijeron las fuerzas aéreas surcoreanas en un comunicado recogido la mencionada agencia.
Las maniobras “demuestran la invariable voluntad y capacidad de Estados Unidos de ejercitar su compromiso con la defensa de Corea del Sur”, añadió el texto.
Estos nuevos ejercicios llegan un día después de que Corea del Norte advirtiera, tras las maniobras de hace dos días, con reaccionar de manera “más dura” ante cualquier acción militar de Estados Unidos, en virtud de un principio de “arma nuclear por arma nuclear y confrontación total por confrontación total”.
“La situación militar y política en la península y la región han llegado a una línea roja extrema debido a las maniobras y los actos hostiles de EE. UU. y sus fuerzas vasallas”, dijo el Ministerio de Exteriores norcoreano en un comunicado en el que añadió que el despliegue de activos estratégicos en el Sur “resultará en convertir la península en un arsenal y zona de guerra críticas”.
El régimen norcoreano realizó en 2022 un número récord de ensayos de misiles, alrededor de medio centenar, además de otras pruebas de armamento, en respuesta en numerosas ocasiones a los ejercicios de Washington y Seúl, elevando la tensión en la península a niveles previos al deshielo de relaciones experimentado hace cinco años.