SANTO DOMINGO.- En tiempos donde la indiferencia y el individualismo parecen ganar terreno, surgen voces jóvenes que nos recuerdan el verdadero significado del compromiso social. Carmen Es una joven de Santo Domingo Este , estudiante de término de la carrera de Psicología mención Escolar en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), es una de esas voces que no sólo habla, sino que actúa con pasión y coherencia.
Con múltiples certificaciones en su área de estudio, Carmen no ha limitado su formación al aula, sino que la ha complementado con una intensa labor social. Su rol como subcoordinadora del Programa de Voluntariado Universitario de la UASD la ha llevado a liderar iniciativas que impactan directamente a las comunidades más vulnerables del país: jornadas de siembra de árboles, limpieza de playas, construcción de viviendas, charlas educativas y actividades ambientales que dejan huella tangible.
Pero su vocación trasciende el activismo social como lo fue el más reciente caso del joven Jesús Batista quien luchaba por una cirugía ortopedica. ha gestionado ayuda para hogares de ancianos, unidades oncológicas pediátricas y campañas de donación de sangre. En momentos de tragedia, como el derrumbe del Jet Set, su compromiso no fue menor: estuvo presente de manera altruista, brindando asistencia humanitaria a las familias de las víctimas, mostrando con hechos lo que significa la empatía y la solidaridad.
Su labor ha sido una constante muestra de sensibilidad y entrega, especialmente hacia los más desprotegidos. Como futura psicóloga Escolar está expresa que la transformación social inicia con la escucha, el acompañamiento y la acción concreta. Su ejemplo inspira, no solo a sus compañeros universitarios, sino a toda una generación que anhela un país más justo, más humano y más consciente.
Carmen Zabala Polanco se perfila como una promesa de desarrollo para su comunidad. Es imprescindible que la sociedad y las instituciones reconozcan y respalden a jóvenes como ella, luchadores , humanos , aguerridos que dedican su tiempo, energía y conocimientos a construir un mejor presente y futuro. Hoy más que nunca, necesitamos más Carmenes: jóvenes que no esperen el cambio, sino que se conviertan en él.