REDACCIÓN INTERNACIONAL. – El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, inició el año con la misión de revivir la llama que le permitió vencer a Donald Trump en las elecciones de 2020 y lo llevó a la Casa Blanca con niveles récord de participación, especialmente entre los jóvenes.
Recuperar la confianza de los votantes no será fácil para Biden, cuyos índices de aprobación se encuentran en el 34 %, la cifra más baja de cualquier presidente estadounidense que busca la reelección, según una encuesta de la Universidad Monmouth.
Pese a ello, la campaña ha procurado transmitir la idea de que no hay motivo para alarmarse, enfocándose en resaltar los éxitos económicos del mandatario, las inversiones realizadas en infraestructura y sus esfuerzos por revitalizar a la clase media.
Democracia vs. autoritarismo
Una estrategia fundamental de la campaña es resaltar las divergencias entre Biden y Trump, subrayando el compromiso del actual mandatario con la democracia frente a las tendencias autoritarias del que posiblemente acabará siendo el candidato presidencial del Partido Republicano.