PAKISTÁN.– Más de 500 personas atrapadas en una de las últimas localidades de Pakistán, cerca de la frontera oriental con la India, se enfrentan a una difícil elección: irse para salvar sus vidas o quedarse para proteger sus pertenencias, mientras el nivel del agua en la localidad medio sumergida aumenta poco a poco.
La policía local y los rescatistas continúan peinando las casas inundadas por las intensas lluvias del monzón en Chanda Singh Wala. Intentan convencer a los atrapados de que se dirijan a lugares más seguros, pero los residentes se mantienen firmes: no abandonarán el pueblo, aunque les cueste la vida.
Las autoridades ya han evacuado a unas 1.500 personas, en su mayoría mujeres y niños, de esta pequeña localidad de poco más de 2.000 habitantes en el Punjab paquistaní, situada a menos de dos kilómetros de la linde india.
Chanda Singh Wala está situada en la orilla del río Sutlej, que fluye desde la India hacia Pakistán, dejando a su población a merced del río, que está experimentando sus peores inundaciones desde 1988.
El nivel del agua alcanzó ayer en un punto de medición cercano los 260.501 pies cúbicos por segundo (cusecs), lo que se considera un indicador de inundación excepcionalmente alto.
La peor crecida en casi cuarenta años ha sumergido por completo varias aldeas en el cercano distrito de Kasur, y es posible que Chanda Singh Wala, donde ya se han derrumbado varias casas, sea la siguiente localidad anegada.