CIUDAD DE GUATEMALA — Bernardo Arévalo juró en los primeros minutos del lunes como presidente de Guatemala, en una jornada marcada por protestas ciudadanas ante el retraso del cambio de mando y que pone fin a varios meses de tensiones y acciones de la Fiscalía para retirarle la inmunidad en lo que muchos vieron un intento de evitar que asumiera el poder.
“En este día trascendental, avanzamos por el camino que muchos hemos labrado con el esfuerzo”, arrancó su primer discurso como presidente. El cambio de mando, defendió Arévalo, evidencia que la democracia de Guatemala “tiene la fortaleza suficiente para resistir” y que se puede “transformar el panorama político” del país.
El nuevo presidente agradeció a las “naciones hermanas” y organizaciones que le acompañaron en el proceso. “Su apoyo ha sido fundamental”, recalcó, para la defensa de las instituciones democráticas guatemaltecas.