EE.UU. Un alto ejecutivo de la multinacional brasileña Odebrecht, envuelta en un escándalo mundial por el pago de sobornos, dijo hoy que nadie ha cuestionado nunca ni la calidad de sus obras ni su eficacia, sino los métodos que usó la compañía para adjudicarse proyectos.
“Nunca he escuchado que nuestra calidad sea mala o que no seamos capaces de entregar un proyecto. El problema que enfrentamos tiene que ver con cómo conseguimos adjudicarnos los proyectos y está claro que en algunos casos lo hicimos de la manera incorrecta”, afirmó a Efe en New Orleans el director de Cumplimiento de Odebrecht, Michael Munro.
Los proyectos que la multinacional consiguió a base de sobornos “son un pequeño porcentaje” de todos los que la empresa ha ejecutado en sus 70 años de historia, pero es verdad que fueron obras “muy importantes a lo largo de todo América”, consideró Munro.
El directivo, incorporado a la firma hace un año para dirigir e implementar un plan de políticas internas destinadas a evitar que la compañía vuelva a incurrir en prácticas delictivas, participó este jueves en un foro celebrado en Nueva Orleans, EE.UU, organizado por la industria petroquímica y auspiciado por la propia Odebrecht.
“Lo que hemos aprendido es que hay que respetar los valores por encima de todo y en cada una de nuestras decisiones, y que las ganas de triunfar no pueden rebasar los valores centrales de la compañía”, explicó Munro tras intervenir en el evento “Downstream Engineering, Construction and Maintenance”, organizado por el American Chemistry Council (ACC).
Las mayores petroquímicas del mundo se reunieron a partir de hoy en la ciudad sureña de Nueva Orleans para discutir, entre otras cosas, sobre el futuro de la industria en EE.UU con la nuevas políticas comerciales y medioambientales del presidente estadounidense, Donald Trump.
También analizarán el impacto que tiene en el sector la bajada de los precios del crudo, la evolución de la productividad y la búsqueda de mano de obra cualificada.
El foro “Downstream Engineering, Construction and Maintenance”
congrega hasta el viernes a un millar de representantes de las grandes compañías petroquímicas del mundo con negocios en Estados Unidos, entre las que se encuentran ExxonMobil, Shell, BP o Chevron.
El caso Odebrecht, añadió el ejecutivo, ha servido también para recordarles a las demás compañías y a la sociedad en general “que todo el mundo podemos cometer fallos y precisamente por eso, porque somos capaces de hacer las cosas mal, no debemos realizarlas”.
Según el abogado, actualmente la Justicia estadounidense investiga al menos a 84 empresas por presunta corrupción.
Munro, que explicó ante las mayores empresas petroquímicas de EE.UU las nuevas políticas internas de Odebrecht, dijo que la constructora “está haciendo las cosas bien”, pero admitió que les va a costar tiempo desprenderse de la mala fama porque “la confianza no se puede recuperar en dos días”.
“Tenemos esperanzas de que los países, nuestros clientes y nuestros clientes potenciales nos den una oportunidad”, apuntó.
El Programa de Cumplimiento que está implementando Odebrecht exige a los trabajadores, entre otras cosas, reportar”cualquier acto de corrupción o cualquier insinuación de soborno al departamento de Munro para que este valore si lo notifica a las autoridades del respectivo país.
Una prueba del cambio de mentalidad de la multinacional, aseguró el estadounidense, es la renovación completa de su dirección y la predisposición que ha mostrado para llegar a acuerdos judiciales con los gobiernos de los distintos países en los que pagó sobornos.
“Las empresas que han cometido actos como estos suelen tardar entre 3 y 5 años en negociar un acuerdo judicial con los Gobiernos.
Odebrecht y el Gobierno de Estados Unidos lo hicieron en solo 6 meses. Estamos muy comprometidos con dejar todo esto atrás”, concluyó el directivo.
El Departamento de Justicia de EE.UU. divulgó en diciembre pasado unos documentos que desvelaron que la constructora pagó cerca de 788 millones de dólares en sobornos en 12 países de Latinoamérica y África.
La multinacional alcanzó un acuerdo judicial con los gobiernos de EE.UU., Brasil y Suiza para pagar multas por valor de más 2.000 millones de dólares y compensar así los actos ilícitos por los que se le investiga.
EFE