La canciller alemana, Angela Merkel, ha informado este jueves de que el país suspende temporalmente la expulsión de los demandantes de asilo afganos, tras el atentado de este miércoles en Kabul en el que murieron al menos 90 personas. El anuncio se produce en un momento en el que las voces críticas reclamaban al Gobierno que paralizase las expulsiones colectivas de ciudadanos afganos a su país de origen, alegando la falta de seguridad. La presión aumentó notablemente tras el ataque terrorista de esta semana.
El Ministerio de Exteriores volverá a examinar la situación de la seguridad en Afganistán en julio, y hasta entonces Alemania solo llevará a cabo "repatriaciones voluntarias y deportaciones de extremistas violentos y criminales en casos examinados de forma individual", ha precisado Merkel.
Berlín ya aplazó el miércoles, justo después del atentado de esa misma mañana en el barrio diplomático de Kabul, el despegue de un vuelo chárter de afganos expulsados de Alemania. Para justificar el aplazamiento, el sexto desde diciembre, Berlín alegó causas logísticas. Las expulsiones de afganos suscitan un gran de debate en el país, por la situación peligrosa que atraviesa Afganistán, donde los ataques se multiplican. El Gobierno alemán, sin embargo, ha reiterado desde que comenzaron las expulsiones que algunas regiones del país son seguras.
Merkel da ahora un giro de timón en su gestión de las expulsiones de ciudadanos afganos. Tan solo unas horas antes, había insistido en que su Ejecutivo no cambiaría la postura en relación con las deportaciones y continuaría expulsando del país a los refugiados cuyas solicitudes de asilo hubiesen sido denegadas por las autoridades competentes. Entre diciembre y marzo, Alemania ha expulsado a 92 afganos en varios vuelos chárter a Kabul en los que han viajado unos 300 policías, según cifras del Gobierno enviadas al Parlamento.
El ataque con camión bomba en la capital afgana causó al menos 90 muertos, la mayoría civiles, y otras 400 personas resultaron heridas. El atentado se produjo cerca de la Embajada de Alemania en Kabul, y entre las víctimas hay un guardia afgano, que falleció, y dos empleados, que resultaron heridos. Ningún grupo ha asumido por el momento la autoría del ataque, el más mortífero en la capital del país desde la caída de los talibanes en 2001.