Al menos 50 miembros del Estado Islámico han muerto de baja como resultado de los ataques con misiles efectuados por Irán en la localidad siria de Deir ez Zor el pasado 18 de junio. Se trata del primer uso operacional de misiles de medio alcance efectuado por Teherán desde la guerra con Irak, que terminó en 1988.
Según informó el canal iraní IRINN, entre los yihadistas muertos hay seis comandantes conocidos de la organización en esa región. De acuerdo con información conocida anteriormente, Teherán lanzó seis proyectiles desde la base aérea de Kermanshah dirigidos a un puesto de mando y un centro logístico de los terroristas. Fueron destruidos además equipos y armamento.
El embajador de Irán en Rusia, Mehdi Sanai, aseguró este martes que estas acciones militares pueden ser consideradas una "respuesta a los actos terroristas llevados a cabo en Teherán" en referencia al doble ataque perpetrado en el Parlamento iraní y el mausoleo del ayatolá Jomeini, que dejaron al menos 13 personas muertos y 43 heridos.
Sanai señaló que la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) había prometido responder a los atentados y "mantuvo su promesa". A su juicio, el resultado obtenido "demostró la fuerza y capacidad militar de Irán". Por otro lado, el diplomático reiteró el compromiso de Teherán en la lucha antiterrorista y la solución del conflicto en Siria y calificó el ataque de "advertencia" para aquellos que apoyan a los extremistas violentos.