Armados con palos, tubos, piedras, cuchillos y hasta pistolas, amparados por gases lacrimógenos y al grito de "¡el pueblo unido jamás será vencido!", decenas de chavistas radicales asaltaron la sede del Parlamento venezolano, mientras los diputados opositores realizaban una sesión conmemorando la declaración de independencia.
Cinco asambleístas y siete trabajadores del Legislativo resultaron heridos durante el ataque, que sucede casi nueve meses después de la última toma violenta de los famosos colectivos revolucionarios, una mezcla de paramilitares y funcionarios bolivarianos que actúan fuera de la ley y total impunidad. Stalin González, jefe del grupo parlamentario opositor, acusó a la Guardia Nacional (militares), encargadas de la custodia del Palacio Legislativo, de abrir las puertas a los violentos.
"Me golpeaban con piedras y me golpeaban en la cara, evidentemente esto es una decisión de las autoridades del Gobierno", resumió todavía aturdido y mientras aún sangraba el parlamentario Leonardo Regnault. "Los buenos en Venezuela somos más y estamos dispuestos a sangrar para salvar al pueblo", añadió el diputado Armando Armas, con la cabeza empapada de sangre.
Las brigadas de choque del chavismo, que permanecen siempre a las afueras del Palacio Legislativo, irrumpieron lanzando explosivos pirotécnicos y agrediendo salvajemente a los asambleístas, con más saña a aquellos que les hicieron frente para intentar evitar que entraran. "Que nunca se olvide esta imagen, las paredes de la Asamblea llenas de sangre", denunció la diputada Delsa Solórzano.
Entre los lesionados de mayor gravedad se encuentra Américo de Grazia, diputado de La Causa Revolucionaria, que fue golpeado salvajemente con un tubo en la cabeza y rematado a patadas en el suelo. Otros parlamentarios heridos son Nora Bracho, Luis Carlos Padilla, Armas y Regnault.
Los colectivos revolucionarios llegaron incluso a accionar sus armas de fuego, como demuestran los casquillos recogidos por funcionarios. Según denunciaron dirigentes opositores, la embestida de estos radicales fue comandada por Jesús Nava, la misma persona que encabezó un ataque contra el ex portavoz de la Unidad, Jesús Torrealba. Nava es ahora candidato a asambleísta de la Constituyente de Maduro.
El asalto se vio favorecido una vez más por la inacción del destacamento de la Guardia Nacional. Su jefe, el coronel Bladimir Lugo, fue condecorado la semana pasada por Nicolás Maduro tras maltratar y empujar a Julio Borges, presidente de la Asamblea durante una disputa entre diputados y militares.
Los chavistas radicales mantuvieron durante varias horas el asedio, lanzando explosivos pirotécnicos a la sede legislativa. Los diputados permanecían en el interior, incluso costó que la ambulancia que llevó de emergencia a De Grazia a una clínica lograra salir.
Los opositores, sin embargo, retomaron la sesión minutos después y aprobaron el acuerdo que respalda su decisión de convocar a un plebiscito el 16 de julio -sin apoyo del Poder Electoral- para que los ciudadanos decidan si rechazan la Asamblea Constituyente convocada por Maduro, exijan a la Fuerza Armada evitar la "ruptura del orden constitucional" y aprueben una renovación de poderes en el país. Ese plebiscito, sin embargo, ha sido rechazado por el presidente, por considerarlo ilegal.
"Queremos darle la certeza al pueblo venezolano de que aquí sigue y seguirá su Asamblea Nacional. Venezuela no va a morir en nuestras manos, va a renacer en nuestras manos. La violencia es el arma. Un Gobierno que hace lo que hizo hoy contra el Parlamento es un Gobierno débil, es un Gobierno caído, al que solo le queda la fuerza y la violencia", destacó en la sesión el jefe legislativo, Julio Borges.