REDACCIÓN.- Cada año, miles de personas que sobreviven a un ataque cerebrovascular o ictus (ACV) padecen hemianopsia, una condición que elimina la visión en la mitad del campo visual. Esta alteración impacta actividades esenciales como leer, conducir o desplazarse entre multitudes.
Frente a la falta de tratamientos que restauren la función visual perdida, un equipo de investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), una universidad pública de Suiza, junto con científicos de Estados Unidos, propuso un enfoque innovador, que fue publicado en la revista Brain.
El método integra entrenamiento visual con estimulación cerebral multifocal no invasiva para restablecer la comunicación entre áreas del cerebro y optimizar la recuperación.
El profesor Friedhelm Hummel, responsable del proyecto en el Instituto Neuro-X de la EPFL, explicó que la estrategia se basa en una estimulación cerebral bifocal no invasiva, inspirada en la fisiología cerebral.
El ACV puede causar hemianopsia porque daña la parte del cerebro encargada de procesar la vista, generalmente en el lóbulo occipital.
Si esa zona resulta afectada, la persona pierde la capacidad de ver en la mitad de su campo visual, aunque los ojos funcionen normalmente.
Esto ocurre porque cada hemisferio cerebral procesa la información visual del lado contrario: un ACV en el hemisferio derecho afecta la vista del lado izquierdo y viceversa.
Así, la hemianopsia aparece cuando el cerebro no puede interpretar las imágenes del lado dañado tras el ACV.
Comprender este mecanismo permitió a los investigadores orientar sus terapias hacia la restauración de los circuitos cerebrales comprometidos. Al mismo tiempo, buscaron entender por qué algunos pacientes responden mejor a los tratamientos.
Hummel destacó que, además, identificaron factores vinculados a la respuesta favorable al tratamiento y posibles biomarcadores para seleccionar a los pacientes de manera más eficaz.
Esta información podría permitir terapias personalizadas y aumentar la probabilidad de éxito clínico para cada perfil de paciente.
El ensayo clínico, doble ciego y controlado con placebo, incluyó a dieciséis pacientes diagnosticados con hemianopsia.
Durante el estudio, los participantes recibieron estimulación transcraneal bifocal de corriente alterna de frecuencia cruzada (cf-tACS), una técnica que emplea corrientes eléctricas de baja intensidad y alternancia controlada, mientras realizaban tareas de detección de movimiento para estimular el borde de su campo visual afectado.
La técnica cf-tACS modula y sincroniza las oscilaciones cerebrales, simulando la comunicación natural entre la corteza visual primaria y el área medio-temporal, regiones fundamentales para percibir el movimiento.
El protocolo asigna ondas alfa de baja frecuencia a la corteza visual primaria y ondas gamma de alta frecuencia al área medio-temporal, reproduciendo el flujo de información ascendente clave en el procesamiento visual.
Según los científicos, los participantes que recibieron cf-tACS directa lograron mejoras significativamente superiores en la percepción del movimiento en comparación con el grupo de control.
Un paciente relató que, tras el tratamiento, pudo ver el brazo derecho de su esposa mientras viajaban en coche, algo imposible antes de la intervención.
Este tipo de avances demuestra el impacto tangible de la técnica en la vida cotidiana. Los datos de EEG e imágenes cerebrales confirmaron una mayor sincronización entre la corteza visual primaria y el área medio-temporal, así como un aumento de la actividad en esta última.
Las mejores respuestas se registraron en pacientes cuyos circuitos visuales seguían parcialmente preservados, lo que sugiere que un mínimo de integridad en las conexiones neuronales podría facilitar la recuperación visual con este tipo de intervención.
El estudio contó con la colaboración de la Universidad de Ginebra, el Hospital Universitario de Ginebra, el Hôpital du Valais y el Hospital Universitario de Berna, de Suiza. Participaron expertos de la Universidad de Rochester, en Estados Unidos.
Los resultados mostraron que dirigir la estimulación cerebral potencia el entrenamiento visual y abre nuevas vías terapéuticas.
Si estos resultados se confirman en futuros estudios, esta técnica podría convertirse en una opción rápida y al alcance de muchas personas con hemianopsia tras un ACV.
Para quienes hoy ven limitada su vida diaria por estas secuelas, recuperar parte de la visión ya no parece un sueño lejano, sino una meta posible gracias al avance de la ciencia y la tecnología.
Que la innovación, los diagnósticos precisos y los tratamientos personalizados sigan abriendo puertas para mejorar la calidad de vida de tantos pacientes.



