REDACCIÓN INTERNACIONAL.-Lo que debía ser una jornada de celebración acabó en tragedia en Goult, un pequeño pueblo del sur de Francia. En la madrugada del domingo, hacia las 4:30, un grupo de hombres encapuchados y armados irrumpió en una fiesta de boda y abrió fuego contra los asistentes, provocando la muerte de dos personas, entre ellas la propia novia. Otros tres invitados resultaron gravemente heridos, incluido un niño de unos diez años.
Según los primeros informes, el tiroteo se produjo cuando los recién casados abandonaban la sala de fiestas. En ese momento, se toparon con los atacantes, quienes dispararon contra ellos sin previo aviso. Al intentar huir del lugar en su vehículo, los novios atropellaron a uno de los agresores, que murió en el acto.
Las autoridades francesas han desplegado un impresionante operativo de seguridad para esclarecer lo sucedido y dar con los autores del ataque. Se baraja la hipótesis de que se trate de un ajuste de cuentas, aunque por ahora no hay confirmación oficial sobre los motivos del crimen.
28 personas presentes y gran despliegue policial
En el momento del ataque, aún permanecían 28 personas en la sala donde se celebraba la boda. Todas ellas han sido consideradas “personas implicadas” en la investigación, al menos como testigos clave de los hechos.