SANTO DOMINGO.-La cuarta reflexión del Sermón de las siete palabras Iglesia Católica reposa en una expresión tan profunda como la vida misma. En la proclamación, la Iglesia hace una metáfora de Jesús en la Cruz y lo que significa presentarse a situaciones de prueba como fue para Jesús estar en la cruz del calvario o traducido a nuestros días lo que pudieron experimentar las víctimas de la tragedia en el Jet Set.
“A simple vista pareciera que Jesús quisiera rehuir o abandonar su misión, cuando en el madero de la cruz grita y cuestiona a Dios diciendo Padre ¿Por Qué Me Has Abandonado? pero por el contrario esta exclamación se convierte en La Oración de Cristo en La Cruz, busca en el Padre la respuesta y el consuelo, tiene a quien clamar en su momentos de angustia” explica el sacerdote.
Asimismo expuso con mucho pesar la tragedia acontecida recientemente en el país donde todos se llenaron de dolor, de luto y angustia ante lo que describió como una «catástrofe» en un centro de diversión de la ciudad.
Además la Iglesia Católica aprovechó para hacer un llamado a los conductores y el comportamiento en la vía pública manifestando su preocupación por la cantidad de accidentes vehiculares, los cuales en su mayoría son por imprudencia de los choferes, señalando que el país reporta una cifra de ocho muertes por día a causa de este mal.
Durante la proclamación del sermón la iglesia recordó que la vida del cristiano es un paso de la muerte a la vida, en el que aprovechó para mencionar en el que invitó a la sociedad a mirar en su interior y accionar en esta vida, para redescubrir la misión como bautizados cuando fueron ungidos con el Santo Crisma para ser “Sacerdote, Profeta y Rey” lo que se traduce en “Servir, Anunciar Denunciar y Dirigir o gobernar”.
«La interrogante en este momento sería cómo estamos viviendo este paso transitorio de la vida en cada realidad que me toca según el rol que desempeñamos». Exclamó el sacerdote.
Concluyó la reflexión reafirmando que el camino del cristiano está marcado por el compromiso con la fe, el amor al prójimo y la búsqueda de sentido incluso en medio del dolor. “Solo en Cristo podemos entender que todo sufrimiento tiene un propósito redentor cuando lo unimos al suyo”, puntualizó la Iglesia durante el sermón.