REDACCIÓN.- El envejecimiento prematuro de la piel y la aparición de manchas oscuras no solo están relacionados con la exposición al sol. Según informaron expertos la luz azul, emitida por dispositivos electrónicos como computadoras y teléfonos móviles, también puede tener un impacto significativo en la salud de la piel.
Este tipo de luz, conocida como luz visible de alta energía (HEV, por sus siglas en inglés), puede penetrar profundamente en las capas de la piel, descomponiendo colágeno y elastina, lo que contribuye al desarrollo de arrugas y líneas finas.
Aunque no está asociada con el cáncer de piel, los dermatólogos advierten que su efecto acumulativo puede acelerar el proceso de envejecimiento cutáneo.
La luz azul no solo proviene de las pantallas, sino también de fuentes como la luz solar, las bombillas fluorescentes y las luces LED.
Sin embargo, el tiempo prolongado frente a dispositivos electrónicos, especialmente en un contexto de trabajo remoto o uso intensivo de redes sociales, incrementó la exposición diaria a este tipo de luz.
Ife Rodney, directora de Eternal Dermatology + Aesthetics, le explicó al medio que esta exposición constante puede aumentar el riesgo de desarrollar manchas oscuras y otros signos visibles de envejecimiento.
La luz azul forma parte del espectro de luz visible y se caracteriza por su alta energía y longitud de onda corta. Según la Academia Estadounidense de Oftalmología (AAO), aunque la luz solar es la principal fuente de luz azul, los dispositivos electrónicos también emiten cantidades importantes.
Este tipo de luz no solo afecta la piel, sino que también puede influir en el ciclo sueño-vigilia al alterar la producción de melatonina, una hormona clave para el descanso.
Joshua Zeichner, director de investigación clínica y cosmética en dermatología del Hospital Mount Sinai, señaló que la luz azul puede penetrar más profundamente en la piel que los rayos UVB, aunque su impacto no es tan severo como el de los rayos UV, que están directamente relacionados con el envejecimiento prematuro.
Sin embargo, Zeichner advirtió que la luz azul puede descomponer el colágeno y la elastina, dos componentes esenciales para mantener la firmeza y elasticidad de la piel. Esto, a largo plazo, puede provocar la aparición de arrugas y líneas de expresión.
Los dermatólogos identificaron varias estrategias para proteger la piel de los efectos nocivos de la luz azul. Una de las recomendaciones más importantes es el uso diario de protector solar, incluso en interiores.
Ife Rodney explicó que muchas personas no consideran necesario aplicarse protector solar cuando trabajan desde casa, pero subrayó que la luz azul de las pantallas puede causar decoloración y envejecimiento cutáneo.
Por su parte, Gary Goldenberg, dermatólogo en Nueva York, sugirió optar por protectores solares físicos de amplio espectro que contengan óxido de zinc, ya que este ingrediente es particularmente eficaz para bloquear la luz azul.
Además, los expertos recomendaron reaplicar el protector solar a lo largo del día, especialmente si se utiliza maquillaje con factor de protección solar, producto que, aunque puede ofrecer cierta protección, no es suficiente para contrarrestar los efectos prolongados de la luz azul.
Otra medida efectiva es el uso de filtros de luz azul en dispositivos electrónicos. Según la Rodney, estos filtros, que se pueden colocar en pantallas de computadoras y teléfonos, son útiles para reducir la exposición.
Sin embargo, Goldenberg advirtió que estos dispositivos no eliminan por completo la exposición de la piel, por lo que deben complementarse con otras estrategias de protección.
Atenuar el brillo de las pantallas también puede ser una solución práctica. La mayoría de los dispositivos permiten ajustar la intensidad de la luz, lo que puede ayudar a reducir la cantidad de luz azul emitida. Aunque esta medida no elimina completamente el riesgo, puede disminuir la intensidad de la exposición.
Para contrarrestar los efectos de la luz azul, los dermatólogos recomiendan el uso de productos para el cuidado de la piel que contengan antioxidantes.
Zeichner sugirió aplicar un suero de vitamina C por las mañanas, ya que este antioxidante ayuda a neutralizar los radicales libres generados por la exposición a la luz azul. Los radicales libres son moléculas inestables que descomponen el colágeno, lo que aumenta el riesgo de arrugas y otros signos de envejecimiento.
Aunque los antioxidantes no bloquean la luz azul ni previenen el daño inicial, pueden mitigar los efectos acumulativos en la piel. Rodney destacó que estos productos son una herramienta valiosa para combatir el daño ya existente, pero subrayó la importancia de reducir la exposición siempre que sea posible.
