REDACCIÓN INTERNACIONAL .-Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo consolidaron su mando absoluto en Nicaragua: como presidente y «copresidenta» gobernaran todos los poderes del Estado y la sociedad civil, según lo establecido en la reforma constitucional ratificada por el Parlamento.
El mandato de gobierno pasa de cinco a seis años y Murillo sube de rango, de vicepresidenta a «copresidenta», de acuerdo la reforma aprobada en noviembre en un primer periodo legislativo y ahora en el segundo necesario para que entre en vigor.
Ortega es un exguerrillero de 79 años que gobernó dicho país en la década de 1980 tras el triunfo de la revolución sandinista, está en el poder desde 2007 y los críticos de su gobierno lo acusan de instaurar en Nicaragua una «dictadura familiar», junto a su esposa, de 73 años.
La reforma, aprobada por «unanimidad» por un Congreso dominado por el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), establece que los copresidentes coordinarán «a los órganos legislativo, judicial, electoral», antes reconocidos como poderes independientes.
«Estos cambios drásticos marcan la destrucción del Estado de derecho y de las libertades fundamentales en Nicaragua», aseguró el abogado estadounidense Reed Brody, miembro de un grupo de expertos de la ONU que evalúa los derechos humanos en Nicaragua.
El Congreso aprobó también una moción presentada por el jefe legislativo para que la norma sobre el mandato de gobierno sea retroactiva, con lo cual el actual periodo de Ortega se extenderá hasta 2028 gobernando junto a Murillo.