REDACCIÓN INTERNACIONAL. – El papa Francisco llegó este domingo a Córcega para realizar la primera visita de un sumo pontífice a esta isla francesa del Mediterráneo, donde tiene previsto celebrar una misa y reunirse con el presidente francés, Emmanuel Macron.
Una banda de música y niños vestidos con trajes tradicionales recibieron a Francisco en el aeropuerto, y miles de personas se alinearon a lo largo de la ruta de su comitiva ondeando banderas y gritando saludos. El Papa se detuvo en el camino para escuchar a un coro de niños cantando.
La visita a la capital de Córcega, Ajaccio, ciudad natal de Napoleón, es una de las más breves de su papado fuera de las fronteras de Italia: apenas nueve horas sobre el terreno, incluida una visita de 40 minutos al presidente francés, Emmanuel Macron.
En las calles de Ajaccio, la principal ciudad de esta isla mediterránea de 350.000 habitantes con un 80% de católicos, según el Vaticano, los fieles comenzaron a congregarse desde la madrugada para ver al papa.
Es que Córcega se distingue del resto de la Francia secularizada como una región particularmente devota, con 92 cofradías, o asociaciones laicas dedicadas a obras de caridad o de piedad, con más de 4.000 miembros.