REDACCIÓN.- La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, más conocida como NASA confirmó que el Sol ha entrado en la «fase máxima» de su actividad en su ciclo natural de 11 años en curso.
En este punto álgido, el astro transita de un estado de calma a uno de agitación, caracterizado por una mayor actividad magnética, con grandes erupciones solares y eyecciones de masa coronal (CME), es decir, explosiones de plasma y campos magnéticos de la corona solar.
El máximo solar marca la mitad del ciclo solar y suele significar uno o 2 años de gran actividad solar.
La radiación nociva que producen las erupciones solares no puede atravesar la atmósfera terrestre y afectar físicamente a los humanos. No obstante, cuando son suficientemente intensas, pueden perturbar la ionosfera, capa de la alta atmósfera por la que viajan las señales de radio y GPS, y afectar los sistemas de comunicaciones y las redes eléctricas.
Máximo solar
Cada 11 años, el Sol experimenta un fenómeno en el que sus polos magnéticos norte y sur se invierten. A medida que se va reorganizando su dínamo magnético interno, el nivel de actividad en su superficie también cambia. Así, al principio del ciclo, este es más bajo (mínimo solar) y aumenta progresivamente hasta alcanzar un pico (máximo solar), y luego vuelve a disminuir.
Para determinar y predecir el progreso del ciclo solar, los científicos rastrean las manchas de su superficie, que son regiones más frías, donde se concentran líneas de campo magnético. Jamie Favors, director del Programa de Meteorología Espacial de la NASA en Washington, explica que durante la fase máxima estás aumentan en número. La agencia espacial sostiene que las manchas solares «son el componente visible de las regiones activas, áreas de campos magnéticos intensos y complejos en el Sol, que son la fuente de las erupciones solares».