SANTO DOMINGO.- El presidente del Instituto Duartiano, doctor Wilson Gómez Ramírez, resaltó la importancia de la unidad de los dominicanos en torno a los principios fundacionales de la nación, especialmente ante las amenazas actuales, e hizo un llamado a las autoridades a no descuidar el tema de Haití y a formular políticas que aborden los desafíos migratorios y fronterizos.
Gómez Ramírez intervino en una emotiva ceremonia en el auditorio "Profesor José Joaquín Pérez Saviñón", del Museo y Casa de Duarte, durante la cual se distinguió a unas veinte personalidades de la vida nacional con la membresía de honor, reconociendo su compromiso con los ideales del Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, y su defensa de la soberanía nacional.
El presidente del Instituto Duartiano enfatizó la necesidad de trabajar con los diplomáticos dominicanos en el exterior para contrarrestar las acusaciones de xenofobia y racismo, y presentar la verdadera situación del país a la comunidad internacional.
La ceremonia incluyó la interpretación del Himno Nacional por la artista lirica Ondina Matos de Lendor, un pensamiento duartiano compartido por Jacinto Pichardo Vicioso y palabras de bienvenida del vicepresidente Julio Manuel Rodríguez Grullón.
Mientras que el actor e investigador cultural Giovanny Cruz ofreció la conferencia magistral "La Dramática: El teatro revolucionario de Juan Pablo Duarte", durante la cual exploró la influencia de ese género en la vida y obra del padre de la patria, lo que resalta su visión revolucionaria y su trascendencia en la cultura dominicana.
Esta ceremonia reafirmó el compromiso del Instituto Duartiano de preservar y difundir los valores y el legado de Juan Pablo Duarte, promoviendo el patriotismo y la unidad nacional.
Fueron juramentados el mayor general retirado José Miguel Soto Jiménez, Tony Raful, Giovanny Cruz Durán, teniente coronel Juan Manuel Lora De León, Adalgisa Pantaleón, Geraldino González, Ruddy L. González, Ramón Núñez Ramírez y Dania Goris.
También, Ondina Matos de Lendor, Leo Silverio, Martín Ortega Then, Luis Encarnación, Lorenny Solano, Paola Herrera, José Ricardo Taveras Blanco, Damaris Patrocinio, Priyanka Rodríguez, Claudio Cohén y Jorge Caridad.
Wilson Gómez Ramírez expresó que “en los momentos actuales es imprescindible mantener la unidad de los buenos dominicanos, alrededor de los principios que originaron nuestra nacionalidad, como manera de enfrentar la amenaza que se cierne contra el país y de exigir a quienes administran el Estado, que defiendan con valentía los intereses supremos de la Nación y cumplan con los postulados constitucionales que privilegian la Región fronteriza y sus habitantes”.
Agregó que “este organismo patriótico continuará sus esfuerzos de integrar los valores humanos que están comprometidos con su patria, como forma de edificar columnas morales, afianzadas en hombres y mujeres que identifican claramente su compromiso con el porvenir de este pueblo que tanto ha luchado, lucha y siempre luchará en interés de mantener, por encima de todo, nuestra condición de patria libre, soberana e independiente”.
Gómez Ramírez, adujo que se precisa que la autoridad dominicana, en especial el presidente de la República, que es responsable de trazar las pautas de la política internacional dominicana, no excluya de la agenda cotidiana el tema de Haití, cuya situación se sigue agravando sin que la comunidad internacional siquiera lance una disimulada mirada para ese infortunado país”.
Añadió, que “no basta con clamar que organismos como la ONU o la OEA, o las grandes potencias, acudan a auxiliar la vecina nación, ciertamente colocada en una grave situación de infortunio; no basta, es necesario que nuestras autoridades se sienten con tranquilidad en la mesa de trabajo a formular políticas para poner coto a tema de las parturientas, de las incontroladas masas de indocumentados e ilegales que ocupan nuestros campos, ciudades, quebradas y montañas; la problemática de la alta población escolar haitiana”.
El presidente de la entidad patriótica precisó, además, que “es menester trabajar con los diplomáticos dominicanos acreditados en el exterior, para que despierten sus conciencias y se hagan compromisarios con la causa de su país, y edifiquen a los congresistas, parlamentarios, agencias internacionales, órganos de opinión regionales y mundiales, y puedan entender que aquí no existe práctica xenofóbica, ni racista, tampoco apátrida”.